Una de las nuevas preocupaciones de las asociaciones de directores y productores, y especialmente de aquellas integradas por documentalistas, es la reciente propuesta de las autoridades del Incaa de unificar la vía digital para la producción de documentales con una vía digital para películas de ficción. Según advirtió la realizadora Andrea Testa, autora del documental Pibe chorro, “este es un punto bastante alarmante y lo repudiamos porque no nos parece necesario ni productivo que se toque la vía documental tal cual está, ya que fue una conquista histórica del movimiento documentalista y es además una vía que permite el acceso al fomento a directores de óperas primas”. Se trata de un espacio que apunta a ciertas formas autorales e independientes de producir cine documental desde la concepción de un realizador integral, ya que los directores se ocupan a la vez de varios roles y porque además produce un encuentro con la realidad, tomando al documental como un género en sí mismo. “Es una vía que permite el acceso al cine a nuevos directores y hace que el cine documental haya crecido y siga creciendo tanto en la Argentina”, aseguró Testa.