Los docentes bonaerenses arrancaron este lunes un paro de 48 horas en rechazo al aumento del 19 por ciento que impuso la gobernadora María Eugenia Vidal por decreto. “Hay maestros que están por debajo de la línea de pobreza", criticó Roberto Baradel, titular de Suteba. En el primer día del paro, los maestros se concentraron en el Congreso y marcharon hasta la Casa de la Provincia, en Callao 237, para pedir por la paritaria y escuelas seguras. 

“La adhesión al paro es altísima y el reclamo es justo: no queremos perder poder adquisitivo frente a la inflación”, aseguró Baradel al frente de la columna de los maestros. Según el dirigente, la gobernadora “mentía” cuando decía que la paritaria de los docentes acompañaba la inflación. “Se demostró que es mentira. Firmó un decreto del 19 por ciento cuando la inflación es del 31”, sostuvo el titular de Suteba desde la masiva concentración.

Desde el Frente de Unidad Docente Bonaerense, conformado por los gremios docentes de mayor representación de la provincia (AMTE, FEB, Suteba, Sadop, Udocba), rechazaron el decreto porque impone un aumento "unilateral" y exigieron "salarios dignos y escuelas seguras”. 

Apenas conocida la huelga, el ministro de Trabajo provincial, Marcelo Villegas, citó a una nueva mesa paritaria para este jueves. Villegas calificó el paro como “oportunista y político” y dijo que los docentes hacían la huelga “para salir en los medios”. Baradel confirmó que tanto su gremio como el resto de los que conforman el Frente asistirán a la reunión. 

Los maestros rechazaron el “decretazo” de Vidal del 19 por ciento por estar lejos de la inflación calculada hasta septiembre que supera el 30 por ciento. También pidieron respuestas urgentes a los problemas de infraestructura escolar como los que hay en Moreno, por ejemplo, donde desde la explosión en la escuela 49 todavía hay 500 instituciones cerradas.  

“Exigimos que el Gobierno nos convoque y resuelva las necesidades de la Educación Pública. Pasaron dos meses de la muerte de Sandra y Rubén, no tenemos escuelas seguras y cerca de 500 están cerradas, pero eso parece no importarles. Con el decreto y los sumarios a directivos por luchar dan cuenta que son autoritarios y persiguen a los trabajadores", sostuvo Baradel.