En Santa Fe existe desde 1977 una galería comercial llamada Sol Garden (Salta 2641). Contra lo que su nombre indica, ni una gota de verde embellece las baldosas de su piso ajedrezado al que lustra la luz solar cenital filtrada por unos lucernarios en colores papales. Sin embargo, desde marzo de este año, cuando cae la noche del jueves al sábado, algo se anima a vivir intensamente en sus locales 10 y 11, donde Florencia Palacios, Cecilia Sosa y Ezequiel Ravazzani gestionan Fuga, el único espacio de arte contemporáneo en la ciudad. Generoso en música, cervezas y libros, Fuga alberga un ciclo de performances llamado Entreacto (como la película homónima de René Clair), alojando además talleres, lecturas y una “tiendita”. Con curaduría de la artista contemporánea rosarina Virginia Sotti, allí hasta el sábado 20 de este mes puede visitarse “Resolana nocturna”, una instalación y un video del cineasta Milton Secchi, quien investigó y contabiliza el fenómeno urbano que la prensa local dio en llamar “los quemacoches”.

“Un día salís a trabajar y tu auto fue incendiado”, resume una de las galeristas. “Lo que me fascina es el sinsentido de esa violencia”, confiesa Milton. Formado en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica de Buenos Aires (Enerc), el autor ha trabajado otros temas urbanos locales igualmente misteriosos. Hay una estética de la ruina y la entropía en su bello registro videográfico de autos deshechos por el fuego o la intemperie. Al resplandecer la luz en sus objetos encontrados, la pintura de carrocería chamuscada reverbera como un atardecer impresionista o una galaxia recién descubierta. Inspiradas en el surrealismo, sus decisiones parecen buscar lo que el crítico Hal Foster llamó “belleza compulsiva” y retomar aquella idea de Walter Benjamin de que acechan energías subversivas en lo anacrónico o lo inútil. La muestra dialoga con dos conceptos centrales de la vanguardia dadaísta del siglo XX (el ready-made y el absurdo) y también con la tradición nacional neodadaísta del “arte destructivo” de comienzos de los ’60, sólo que aquí los agentes deletéreos son personajes anónimos que ignoran el devenir arte de sus desquiciadas producciones. Se la puede visitar en los horarios mencionados o por appointment a Proyecto Fuga (Facebook, Instagram) o al sitio web.