Desde Santa Fe

Miguel Lifschitz confirmó ayer que no firmará la adenda del Consenso Fiscal que pretende imponer Mauricio Macri a las provincias. Es uno de los tres gobernadores que han rechazado la presión de la Casa Rosada para recalibrar el primer Pacto Fiscal de noviembre de 2017, que el presidente tampoco cumplió. Los otros dos son sus colegas de Chubut y Formosa. Tres sobre 24, lo que significa que 21 ya estamparon su firma. “Hemos tomado la decisión de no firmar este segundo Consenso” porque “hay puntos con los que no estamos de acuerdo. En todo caso, cuando el Congreso lo trate podremos firmarlo”, dijo el mandatario a sabiendas que es difícil que eso ocurra. Y le sugirió a Macri “no tensar la soga” de la paciencia social ante la recesión y el ajuste, como ocurre con el último tarifazo del gas.

Lifschitz dijo que no firmará la adenda por los motivos que ya informó Rosario/12: su rechazo a las decisiones de Macri de gravar con el impuesto a las ganancias a cooperativas y mutuales y eliminar las transferencias a las provincias del fondo sojero y los subsidios al transporte y la tarifa social eléctrica. En el caso de la soja, el gobernador dijo que en 2019 “Santa Fe aportará 90.000 millones de pesos en concepto de retenciones y no recibirá nada”.  Y estimó la pérdida por los subsidios al transporte y la tarifa social en 5.000 millones de pesos que la provincia no podrá asumir con su presupuesto. “Esto va a repercutir en tarifas contra los sectores más vulnerables”, advirtió.

El gobernador hizo el anuncio de su rechazo al segundo Consenso Fiscal el lunes, en la Casa Gris, cuando reunió al  Consejo Provincial de Asociativismo y Economía Social para darle volumen político a la decisión. Y ante un centenar de dirigentes del sector les dijo que había “decidido de no firmar” del acuerdo. Explicó que la adenda incluye “algunas cláusulas” que perjudican a Santa Fe, mencionó el artículo 85 que impone el impuesto a las ganancias a cooperativas y mutuales, dijo que Macri pretende que “los gobernadores avalen ese artículo” y que él le expresó su “absoluta negativa”. “No voy a darle aval político a una decisión nacional que tendrá fuerte impacto en la economía de la provincia”, afirmó.   

Ayer, Lifschitz confirmó su decisión política en diálogos con medios de Rosario y Santa Fe, en los que alertó también sobre el escenario económico. “Es difícil anticipar lo que puede venir”, dijo por LT9. “La realidad del país cambia de manera acelerada” en términos económicos y políticos. “Si hace un año atrás alguien hubiera intentado imaginar el futuro, nadie hubiera pensado que un año después íbamos a estar en el punto en el que estamos hoy. Por eso, que es difícil anticipar lo que puede ocurrir el año que viene. Las perspectivas no son buenas”.  

“No hay que tensar la soga porque siempre hay un límite para medidas de corte recesivo”. 

En tanto por Radio Dos le sugirió a Macri y a su secretario de Energía Javier Iguacel “no tensar la soga” de la paciencia social en tiempos de estanflación (inflación más recesión). “Es un ciclo que se retroalimenta y puede ser aún peor”.  “Por eso, no hay que tensar la soga porque siempre hay un límite para medidas de corte recesivo como las que se están implementando. Este gobierno actúa con una gran insensibilidad. No están midiendo el impacto de este tipo medidas tiene sobre la población, como lo que va a representar la tarifa del gas” para obligar a los usuarios a compensar de su bolsillo a las empresas la escalada del dólar, en 24 cuotas. “Eso impacta también desde lo simbólico, porque a los trabajadores no tienen esa compensación por la devaluación” en sus salarios que cobran en pesos. “Son medidas inequitativas, injustas, arbitrarias y generan mucho resentimiento e indignación”, concluyó Lifschitz.