En la última audiencia pública para otorgar rutas aéreas, la low cost Flybondi –que dirige el inglés Julian Cook– solicitó operar vuelos comerciales desde la Base Aérea de El Palomar hacia las islas Malvinas. Aunque las adjudicaciones se conocerán en las próximas semanas, el controversial pedido generó malestar porque el lugar desde donde saldrían los vuelos no sólo es un Sitio de Memoria, sino que también es la primera Brigada Aérea, que tuvo un rol fundamental en el conflicto bélico entre Argentina y el Reino Unido. 

“Queremos seguir sumando destinos nacionales. Pedimos oficialmente la ruta para volar desde El Palomar a Malvinas. Cuando hablamos de la libertad de volar, lo decimos en serio”, indicaron en redes sociales, entusiastas, los voceros de Flybondi, la línea aérea low cost que comenzó a operar a principios de este año y que, desde entonces, viene sumando descontento por su mal funcionamiento y la frecuente suspensión de vuelos. La presentación para volar a las Malvinas la realizaron el pasado viernes ante la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).

“Se apropiaron del patrimonio público e hicieron un desastre con un Sitio de Memoria y ahora esto. La profanación, con tal de hacer un negociado, no tiene límite”, se quejó Lucas Marisi, abogado y vecino de la Base Aérea. Marisi, que viene impulsando denuncias contra lo que señala como “un aeropuerto trucho e ilegal que hoy en día sigue sin estar autorizado para funcionar”, expresó que el pedido de la nueva ruta aérea resulta doblemente “escandaloso”, porque no sólo la empresa opera en un espacio que constituye un Sitio de Memoria, sino que, además, la de El Palomar es “la principal Base Militar de la Argentina, la primera Brigada Aérea de la Fuerza Aérea y el lugar desde donde salieron miles de argentinos a defender al país ante los ingleses en la Guerra de Malvinas”. “Hasta hay un cenotafio dedicado a los caídos durante la guerra. Una parte de la guerra de Malvinas está en Palomar”, sentenció.

Desde hace casi una década, Latam Chile opera un vuelo semanal entre Punta Arenas (Chile) y las Islas Malvinas, de acuerdo a un acuerdo firmado en 1999 por los gobiernos de Argentina y el Reino Unido. Una vez por mes, esos vuelos tienen una escala en Río Gallegos. Las negociaciones para efectivizar un segundo vuelo semanal desde Sudamérica quedaron estancadas en julio de este año, tras algunos malentendidos entre la Cancillería argentina y las autoridades del archipiélago. De cualquier manera, la única exigencia que sostienen los isleños –con la aceptación de la cartera que conduce Jorge Faurie– es que ese segundo vuelo no se realice desde la Argentina. “La conexión de las Islas con el continente tiene sólo dos beneficiarios: los isleños y Gran Bretaña. Los isleños crecerán en turismo, que representa el segundo ingreso después de las regalías, y además la frecuencia de vuelos permitirá el recambio permanente de trabajadores vinculados a la explotación petrolífera (realizada unilateralmente por Gran Bretaña), de trabajadores pesqueros y recambio militar”, explicó a este diario Hugo Robert, veterano de guerra y presidente del Centro de Ex Combatientes de Islas Malvinas (Cecim) de La Plata. 

La aprobación –o desaprobación– de la solicitud de Flybondi por parte de la ANAC, que funciona bajo la órbita del Ministerio de Transporte, todavía no se conoce. Marisi consideró que “es prácticamente seguro que se la adjudiquen porque ya esto viene muy promovido no sólo por Flybondi sino por el Gobierno” y basó su opinión en un dato fundamental: “Después de los primeros siete meses de funcionamiento que fueron un desastre, no sólo no les hicieron multas, sino que ahora los dejaron presentar casi 300 licitaciones”, indicó. Por otro lado, Robert opinó que lo ve menos como una realidad posible que como una estrategia de marketing, aunque consideró que “se puede esperar cualquier cosa de esta Cancillería, que firma lo que se escribe en la embajada británica”.

Informe: Sibila Gálvez Sánchez.