El presidente Mauricio Macri salió a responder ayer al FMI, que había admitido su decepción con la gestión económica de Cambiemos. “Son proyecciones, a ellos les parece poco, nosotros esperamos crecer aún más. El desafío es crecer 20 años seguidos para terminar con los problemas de pobreza y exclusión que hay en nuestro país. Este año va a ser el primer año que vamos a volver a crecer después de más de cinco años”, señaló el mandatario, en contradicción con las propias cifras del Indec, que marcan que en 2015 la economía creció un 2,6 por ciento. 

También a contramano de Macri pero en este caso en relación a su proyección de crecimiento para los próximos años, la agencia de calificación de riesgo Moody´s, otro amigo del Gobierno, dijo ayer que “los países de América Latina tendrán un crecimiento promedio de apenas el 0,9 por ciento en el trienio 2016/2018 debido principalmente a la debilidad en Brasil y Argentina”. También prevé que continuará el incremento de la deuda a raíz de los problemas fiscales.

El Fondo difundió anteayer una nueva edición de su informe sobre las perspectivas de la economía mundial para 2017. Allí afirmó que la Argentina es uno de los países de América latina que “defraudó” con la tasa de crecimiento en el segundo semestre del año pasado. Esa calificación contrasta con los elogios del organismos a las primeras medidas económicas del Gobierno, como la devaluación de diciembre de 2015, la liberación de los controles cambiarios y la eliminación de retenciones al complejo agropecuario. Justamente, esas decisiones definieron en buena medida el resultado económico del resto del año, del que el FMI ahora se queja. “En América latina, la revisión a la baja de la tasa de crecimiento –del 1,6 al 1,2 por ciento– refleja una menor expectativa de recuperación a corto plazo en Argentina y Brasil”, señaló el Fondo. La última proyección del FMI realizada en septiembre pasado marca una suba del 2,7 por ciento de la economía nacional para 2017.

Consultado sobre el informe del Fondo, Macri señaló ayer en conferencia de prensa que “son proyecciones, a ellos les parece poco, nosotros esperamos crecer aún más”. Agregó que “2017 va a ser el primer año que vamos a volver a crecer después de más de cinco años”. El dato de Macri choca con las estadísticas del Indec que dirige Jorge Todesca: según el informe de avance del Producto Interno Bruto (PIB) publicado el 22 de diciembre, el cuarto trimestre de 2015 registró un crecimiento económico acumulado en relación a comienzos de ese año del 2,6 por ciento. Además, según la revisión de la serie de PIB difundida por el Indec el 29 de junio, en 2013 el crecimiento económico fue del 2,3 por ciento.

También a nivel de las proyecciones el presidente Macri sufre el “fuego amigo”. La calificadora de riesgo Moody´s alertó ayer que “los países de América latina tendrán un crecimiento promedio de apenas el 0,9 por ciento en el trienio 2016/2018 debido principalmente a la debilidad en Brasil y Argentina. Este crecimiento se ubica muy por debajo del reciente promedio de 3 por ciento alcanzado durante el período de cinco años 2010-2015”. También prevé “un incremento de los niveles de deuda de Argentina y Brasil, ya que la consolidación fiscal en estos países sigue siendo un factor desafiante e insuficiente para revertir las tendencias negativas”. Moody´s indicó que “a pesar del menor crecimiento en muchos países, las autoridades estarán limitadas en su capacidad para implementar o acelerar políticas monetarias más expansivas en 2017 debido a las tasas de interés globales más altas y a la volatilidad de los flujos de capital”.

En tanto, un informe de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) señaló ayer que “no es un panorama económico brillante este año, particularmente para Sudamérica”. De todos modos, según el reporte el PIB de América Latina y el Caribe se expandiría 1,3 por ciento en 2017 a partir de la mejora de los precios internacionales de las materias primas.