Se suponía que podía ser el acto de reencuentro y reconciliación entre Elisa Carrió y Mauricio Macri. No lo fue. Tras un saludo frío, la aliada cívica dijo: “Me voy a amigar con el presidente cuando me lo saque a Garavano”. Macri envió a sus ministros a responderle. “Desde el primer minuto de su mandato, Macri ha luchado contra la impunidad y la corrupción. Y nadie debe condicionar al presidente”, sostuvo el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro. Luego Carrió salió a afirmar que era todo un chiste y anunció que postergaba unos días el pedido de destitución contra el ministro de Justicia. Pero el pedido de juicio político tiene pensado presentarlo, de eso no dejó dudas. 

La disputa entre Macri y Carrió comenzó a escalar cuando ella cuestionó los dichos del ministro de Justicia –que se refirió a la inconveniencia de las prisiones preventivas extensas y dijo que no era bueno para un país que se pidiera detener a un ex presidente–, y siguió en ascenso cuando Carrió denunció que se desplazaba a tres funcionarios de la AFIP para evitar una investigación contra el primo del presidente, Angelo Calcaterra. Esto último fue resuelto rápidamente: dos de esos funcionarios fueron confirmados en sus cargos y a uno lo pusieron frente a una unidad anticorrupción. 

No obstante, la situación con Garavano y la disputa para avanzar con la prisión de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner sigue sin saldarse en la coalición oficial. Si hacía falta una prueba, se vio ayer en un acto en el CCK en el que se presentaba el programa “Argentina Exporta”, que volvió a mostrar juntos a Carrió y Macri. En rigor, solo intercambiaron un saludo gélido. Y luego la aliada volvió a reclamarle que lo eche a Garavano, lo que fue seguido por aplausos de algunos de los presentes en el acto oficial. “Voy a pedirle el juicio político”, insistió. “Pero no rompo Cambiemos, porque yo lo inventé”, lanzó. 

“Nunca tuve problemas con (Raúl) Alfonsín, porque sabía que había cosas que no negociaba. Y Mauricio sabe que hay cosas que no negocio”, remarcó Carrió. Sin embargo, aseguró que pese al “besito seco” que recibió del presidente, “ya se van a resolver las cosas”. “Ya voy a hablar. Yo no estoy fuera de Cambiemos pero hay que tensar para resolver algunas cosas”, indicó. Durante su mensaje en la presentación, Carrió dio pistas acerca de lo que hablaba cuando remarcó que la lucha contra la corrupción incluye a “hermanos, primos, parientes, presidentes o ex presidentes”. Las alusiones a Macri resultaron obvias. Con todo, agregó que “es el Presidente y tiene el derecho de dirigir el país como crea. Yo soy parlamentaria, no discuto liderazgos”. Tuvo incluso un momento para dedicarle a la marcha atrás en el extra en las tarifas del gas: “Gracias a Dios derogamos ese horror”.

En vistas del escándalo posterior, Carrió resolvió esperar unos días para presentar el pedido de juicio político. En su entorno indicaron que hizo el gesto “para descomprimir”. En el escrito –al que tuvo acceso este diario– advierte que no lo acusa “por dichos, sino por hechos”. “Germán Garavano no ha hecho más que actuar en contra los principios rectores de Cambiemos que son los que debe guiar sus actos como titular de la cartera de Justicia”, sentenció la aliada cívica. 

Entre las causales de remoción incluyó la frase sobre los ex presidentes, pero también la incorporación como asesora de la ex procuradora bonaerense María del Carmen Falbo. “Tuvo que retirarse de su cargo ante la inminencia de su destitución por mal desempeño y comisión de delitos en el ejercicio de sus funciones, relacionados con el encubrimiento de crímenes vinculados al narcotráfico”, afirmó Carrió. También lo cuestiona por el manejo de la Unidad AMIA, una cuestión por la cual Garavano tiene una denuncia penal de su ex titular, el radical Mario Cimadevilla. Además, lo acusó de “acomodar” jueces federales y del fuero contencioso administrativo.

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Mauricio Macri y Elisa Carrió intercambiaron un gélido saludo en la presentación del programa Argentina Exporta.

Beso y condiciones

Luego del “beso seco”, Macri optó por aludir a la disputa con Carrió en dos momentos de su discurso. El primero fue cuando el Presidente –que antes fue un empresario con una extensa trayectoria en la obra pública– les dijo a los otros empresarios: “No más bolsos, no más cosas raras. Lo que queremos es ser parte todos orgullosos de una Argentina que progresa”. La segunda fue una breve alusión a su aliada, para ratificar que tienen coincidencias: “La doctora Carrió ha viajado muchísimo por el país y hoy nos acompañó. Todos sentimos que esta es la herramienta: las pymes desarrollando su capacidad de exportación”. 

Las respuestas más directas (y más duras) a la aliada se las dejó a sus ministros que, horas más tarde, dejaron entrever que Macri no se dejará condicionar, ni echará a su ministro. “Desde el primer minuto de su mandato, Macri ha luchado contra la impunidad y la corrupción. Y nadie debe condicionar al presidente de la República”, remarcó el ministro de Educación. “No somos una coalición electoral, sino de gobierno. Esta es una coalición amplia, en la que hay personas que provienen de diferentes partidos políticos y en la que se generan debates, lo cual es muy saludable porque recuerden que hasta hace un tiempo el partido que gobernaba no tenía debate: había una palabra que daba una orden”, afirmó Finocchiaro, quien de todas formas le pidió a Carrió “hacer propuestas mejores y superadoras”. 

La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, evitó confrontar con Lilita y se limitó a afirmar que “el presidente es el principal motor de la lucha contra la corrupción y la persona que más hecho por la transparencia en nuestro país”. “Siempre vamos a intentar zanjar las diferencias que podamos tener. Pero la importancia es que la coalición se mantenga unida y para eso vamos a trabajar”, advirtió. 

Tras la andanada de críticas, Carrió salió a desdecirse: “Yo no le pedí ni le voy a pedir la renuncia del ministro Garavano al presidente. Lo que dije esta mañana fue una broma, no condiciono ni disputo autoridad”, tuiteó.

No es la primera vez que recurre a esta salida, cuando acusó a los radicales de “misóginos” y dijo que ella los manejaba desde afuera, luego afirmó: “Mis disculpas, es una vieja broma que hago hace 20 años, Cornejo, quizás no la recordás porque estabas en el kirchnerismo”.

Ayer fue menos cáustica: “Pido disculpas por la forma, pero ratifico lo dicho porque es verdad. Ejerzo mi facultad de diputada de pedir juicio político a los funcionarios establecidos por la Constitución Nacional”, ratificó. No obstante, anunció que iba a postergar la presentación del juicio político, que preveían para hoy: “En aras de distender esta situación voy a posponer por unos días la presentación del juicio político que ya hemos elaborado”.