La CGT acusó al gobierno nacional de estar detrás del pedido de detención contra el secretario general adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, y lo exhortó a “que se abstenga de seguir atacando a las organizaciones sindicales”. A través de un duro comunicado, la central obrera sostuvo que las denuncias contra el dirigente son “infundadas” y persiguen el objetivo de “llevar a la familia Moyano a prisión”, además de “amedrentar al movimiento obrero” y “distraer la atención de la tremenda crisis económica”.

La declaración firmada por Héctor Daer y Carlos Acuña fue también una ratificación de sus críticas al modelo económico, al que calificó de “agotado”, y una advertencia al gobierno de Mauricio Macri. Los gremialistas le pidieron explícitamente “que se abstenga de seguir atacando” a las organizaciones sindicales y le dejaron claro que la central sindical continuará "al frente de los reclamos" y no abandonará "la lucha con una causa judicial o con mil”.

El comunicado también fue un guiño solidario a Moyano, quien hace meses se retiró de la mesa chica del edificio de la calle Azopardo por diferencias con la conducción que hoy salió a respaldarlo. Califica de "sugestiva" la aparición de la denuncia que el fiscal de Lomas de Zamora Sebastián Scalera presentó contra el camionero por integrar presuntamente una asociación ilícita en el club Independiente.

“No escapa siquiera al más distraído la voluntad explícita del gobierno de llevar a la familia Moyano a prisión”, dice la declaración. “Impúdicamente lo han manifestado en repetidas oportunidades la diputada (Elisa) Carrió y muchos funcionarios, adjudicándole hasta al propio Presidente ese objetivo en forma personal”, apuntó el escrito.

En este sentido, para la CGT, esas denuncias “de trámite express” contra Pablo y Hugo Moyano son parte de “una campaña de persecución” orquestada “en tándem” entre “la política, la Justicia y algunos medios de comunicación” contra dirigentes sindicales.

Esto, añadió la declaración, tiene un “doble objetivo: distraer la atención a la tremenda crisis económica” y “amedrentar al movimiento obrero organizado para que no continúe con el plan de lucha”. También esconde la intención de “acallar las voces disidentes a un modelo claramente agotado”.

“No vemos otra intención que la de amedrentar a los dirigentes sindicales en el marco de una política económica que agrede salarialmente a los trabajadores y al conjunto de pueblo argentino donde la inflación, la devaluación, la brutal suba de las tasas de interés, la recesión, los tarifazos y la pérdida salarial de puestos de trabajo”, cerró el comunicado firmado también por el secretario de Derechos Humanos de la CGT, el judicial Hugo Piumato, y el secretario de prensa, Jorge Sola.