Desde Santa Fe

El 8 de octubre será una marca. Martín Suárez Faisal lo sabe porque en 2009 fue el fiscal que tomó el testimonio de Silvia Suppo, cuando ella reveló las violaciones, el embarazo forzado y el aborto forzado que sufrió en los centros clandestinos de la dictadura, en 1977, cuando tenía 18 años. Era el primer juicio de lesa humanidad en Santa Fe y a los cinco meses la mataron de nueve puñaladas. Nueve años después de aquella denuncia, el 8 de octubre de 2018, en la misma sala de audiencias, el Tribunal Oral de Santa Fe condenó a los verdugos de “esa mujer valiente”, como la llamó. Suárez Faisal admite que la “historia de Silvia Suppo nos afectó a todos desde el primer momento”. “Es muy terrible”. “Porque si uno piensa en una jovencita de 18 años, qué pasaría hoy si fuera víctima de todos estos hechos y cómo lo tomaría la sociedad. Creo que la misma mirada, corresponde hacer sobre los hechos de los que ella fue víctima”, planteó.

El Tribunal condenó al ex jefe de la comisaría 4ª Ricardo Ferreyra a 16 años de prisión como autor mediato de las violaciones. Y por el aborto forzado, al ex carcelero del Area 212, Juan Calixto Perizzotti, a 14 años de prisión y a sus dos “colaboradores”, María Eva Aebi (a diez años de prisión) y Oscar Farina (a ocho años), como “partícipes necesarios”. Esta tarde, a las 18, se conocerán los fundamentos de la sentencia.

“Estamos satisfechos porque las penas que dispuso el Tribunal son compatibles con las que pidió la Fiscalía”, dijo Suárez Faisal a Rosario/12. “Lo más importante en estos juicios, más allá de la pena y la sanción a los responsables que es una obligación del Estado, es lograr el esclarecimiento de los hechos, cómo sucedieron y quiénes fueron los autores. Y eso se logró”.

“El aporte del juicio para conocer la verdad de lo que ocurrió durante la dictadura” es sustancial. “Los hechos fueron probados”. El Tribunal condenó a Ferreyra por las “violaciones” y a Perizzotti, Aebi y Farina por el “aborto forzado”, que en este caso es la primera sentencia en Santa Fe y una de las primeras en el país como delito autónomo. “El trabajo de la Fiscalía se vio reflejado en el veredicto. Por lo tanto, estamos satisfechos”.

-- Usted le pidió a los jueces que la sentencia sea el “testimonio histórico de la verdad” y una “futura herramienta de la memoria”. ¿Por qué? ¿Por la cantidad de imputados que murieron impunes?

-- Hay dos razones. Es importante para la verdad histórica que la sentencia manifieste la participación que tuvieron otras personas que no pudieron ser juzgadas porque fallecieron antes del juicio. Y porque en uno de los casos, la privación ilegal de la libertad de Reinaldo Hattemer, el imputado (y ex jefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122, Jorge Diab) también murió antes del debate. El hecho fue probado en el juicio, pero como nos pasó en la megacausa de Santa Fe no hubo posibilidad de una sentencia. Entonces, aunque no se logre una condena a los autores (de la desaparición de Hattemer), es trascendente que el Poder Judicial reconozca los hechos y los considere probados en un juicio penal.

-- En el alegato mencionó a represores del Destacamento de Inteligencia 122, Personal Civil de Inteligencia (PCI) del Ejército y el grupo de tareas que operó en Rafaela que era del Departamento Informaciones (D2) de la Policía. ¿Las tres fuerzas intervinieron en estos hechos?

-- Sí, es así. Lo mismo que se comprobó en otras causas, que la patota estaba integrada por oficiales y suboficiales del Ejército, del Destacamento de Inteligencia 122, los PCI y efectivos de la Policía de la provincia -contestó.

Ante una pregunta del periodista Juan Manuel Berlanta, Suárez Faisal recordó aquella audiencia del 8 de octubre de 2009, cuando él era el fiscal del primer juicio de lesa humanidad y Silvia Suppo relató su martirio. “Fue un hecho muy impactante” por esas “tres fases de intervención sobre su cuerpo: las violaciones, el embarazo y el aborto forzado. Uno de los hechos más tristes, más impresionantes. Ella tenía 18 años. Porque si uno piensa en una jovencita de 18 años, qué pasaría hoy si fuera víctima de todos estos hechos y cómo lo tomaría hoy la sociedad. Creo que la misma mirada, corresponde hacer sobre los hechos de los que ella fue víctima.

-- Es un hecho tremendo, una locura –le planteó el colega.

-- Sí, muy impresionante. La verdad es que a todos nos afectó la historia desde el primer momento. Por eso se trabajó para llegar al juicio y dar una respuesta, la única que se puede dar, que es la justicia ante estos abusos que sufrió”. Y si bien Silvia Suppo ya no está, que “la sentencia repare a sus hijos que son víctimas mediatas de estos hechos. Que se determine quiénes son los culpables y que tengan una pena por esa responsabilidad. Eso es lo que es reparador”, concluyó el fiscal.