Esta mañana será el turno de los alegatos de parte en el juicio al ex agente de la Brigada Motorizada Emiliano Gómez, acusado de matar de un tiro en la cabeza, con su arma reglamentaria, a Brandon Cardozo, un chico de 16 años que celebraba con vecinos y amigos la noche de Año Nuevo de 2016, en Centenario y Entre Ríos. El tribunal definirá la sentencia el viernes próximo, en el Centro de Justicia Penal. La fiscal Marisol Fabbro había pedido a priori una condena de 24 años de cárcel por homicidio agravado. La querella familiar de la víctima repara en la condición policial del imputado y lleva el pedido de sanción hasta 34 años de encierro.

Los miembros de la Asamblea por los Derechos de la Niñez –parte activa en la investigación y en el juicio- consideran que la autoría de Gómez ha sido demostrada, según confió ayer el abogado Guillermo Campana a este diario.

Gómez –por entonces, de 26 años de edad– pedirá la palabra hoy, antes de los alegatos y, según estiman sus acusadores, insistirá con desligarse del crimen y endilgárselo a un colega policía quien fue el que lo identificó aquella noche como el autor del disparo fatal que acabó con la vida de la víctima.

Gómez estaba en su día franco aquella vez, y se había acercado hasta el festejo popular de Año Nuevo, un baile callejero que había sido convocado a través de redes sociales. Pero ante un tumulto repentino entre algunos, él sacó la pistola y abrió fuego unas siete veces, según refirió un testigo clave, un policía que lo reconoció y que –afirmó- le pidió en clave policial que dejara de disparar. La defensa de Gómez apunta contra este testigo e intenta atribuirle la responsabilidad de lo sucedido.

Un balazo en el mentón acabó con la vida del adolescente que no participaba de la gresca. El chico murió poco después en el hospital Roque Sáenz Peña. Brandon Cardozo vivía en la zona y jugaba al fútbol en la Liga Casildense, para el club de Sanford. es uno de los íconos de las víctimas de la violencia institucional en Rosario.