Abanderada de la marea verde, Griselda Siciliani suele hacerse cargo de aquellas causas que la interpelan. A su manera, tampoco tiene problemas en sentar su posición sobre cómo ve la situación del país. “Como todos: lo veo todo muy mal. Está todo muy difícil”, afirma la actriz. “Soy una privilegiada, hago lo que me gusta y tengo trabajo, pero no puedo dejar de mirar para el costado y ver cómo vive buena parte de la población argentina, que la está pasando mal. Tengo gente cercana que está viendo qué hace y cómo sale adelante. Hay muchas cosas que no me gustan. La mayoría de las decisiones que el Gobierno toma van en contra del país que yo querría. En lo económico, siento que todo lo que se implementa es para favorecer a unos pocos. Pero también en lo social y cultural: que no haya salido la ley de la despenalización del aborto duele”, subraya. Una de las problemáticas que más la afectan, dice, es la de los docentes, profesión que conoce bien de cerca porque sus padres, su tía, su abuela y alguno de sus hermanos ejercieron o ejercen la docencia. “Es una problemática antigua –dice–. Se trata de un sector muy poco valorado y ahora encima muy chicaneado. Pero lo mismo me sucedería si viniera de una familia de médicos. A uno lo sensibiliza más lo que conoce. Desde que nací, voy a las marchas docentes y sé del esfuerzo que hacen para educar a nuestros hijos de la mejor manera. La lucha docente me sensibiliza particularmente”.