Piazzolla, los años del tiburón

Argentina/Francia, 2018

Dirección: Daniel Rosenfeld.

Guión: Daniel Rosenfeld, Fernando Regueira, Alejandro Carrillo Penovi.

Fotografía: Ramiro Civita.

Montaje: Alejandro Carrillo Penovi.

Duración: 90 minutos.

Distribuidora: Digicine.

8 (ocho) puntos.

 

¿Cómo habrá sido lidiar con tanto material, mucho inédito, entre audio e imágenes, con la efigie rectora de Astor Piazzolla? La pregunta surge invariable, porque es tanto y tan hermoso lo que Piazzolla, los años del tiburón contiene y exhibe que los apenas 90 minutos se antojan de manera imperiosamente curiosa: ¿cuáles imágenes, testimonios, audios, no se incluyeron?

El afán por querer saber siempre más sobre el músico genial bien podría ya valerle una membresía privilegiada, que evidentemente posee, así como la que gozan los mismísimos Beatles. Piazzolla se ha vuelto un cuerpo-mito, capaz de cifrar siempre algo para decir sobre los tiempos que corren y correrán. La oportunidad que ofrece Cine El Cairo (Santa Fe 1120) es magnífica: el film de Daniel Rosenfeld se proyectará hoy a las 20.30 con presencia de su director, junto al atractivo extra de un show musical de bandoneón en vivo. La película también se exhibirá mañana, en mismo horario.

Con acceso al archivo familiar, de manera privilegiada, Rosenfeld (La quimera de los héroes, Cornelia frente al espejo) construye un retrato que elige escapar a la cronología, para mejor hundirse en el maremágnum de imágenes y voces que yuxtaponen una mirada de caleidoscopio. Es así cómo el film viaja en varios sentidos, sin por eso desorientar. Estarán claros y señalados los hitos ya conocidos: los viajes a Nueva York, el encuentro bautismal con Gardel, Troilo, Nadia Boulanger, el octeto, el quinteto, las broncas y peleas, las riñas y afectos de familia, y la fundamental pesca de tiburones.

Allí tiene la película su eje y aleph. Piazzolla mismo explica sobre la importancia de estar en aptitud física para pelear con la pesca del animal más temido, analogía que rebota en su relación con el querido instrumento. Esta ofrenda física tendrá correlato a lo largo de toda su vida: sea por la malformación de nacimiento en uno de sus pies como por el tesón con el cual desafiar la proscripción médica de evitar los escenarios. Más aún, cuando el reconocimiento aparezca, y se lo escuche a Piazzolla referirlo en la forma de contratos internacionales, también agregará cierta urgencia: la edad lo ha tomado, parece, desprevenido. Casi como si él mismo fuese una réplica propia, dedicada a agobiarse hasta el último aliento.

En otras palabras, el film de Rosenfeld se ofrece también como ofrenda, dedicado como está a indagar en el secreto que Piazzolla significa, mientras exhuma material nunca visto, abundante Súper 8 –de imágenes marplatenses y neoyorquinas-, entre muchos audios con su hija Diana.

En otro orden, vale destacar que la programación que Cine El Cairo ofrece en estos días es soberbia. Hoy a las 18 y mañana a las 22.30 podrá verse La noche de 12 años, el film del uruguayo Álvaro Brechner dedicado a recrear el encierro y aislamiento que sufrieran José "Pepe" Mujica, Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro. Hoy a las 22.30 y mañana a las 20.30 se exhibirá Lucky, el film despedida del gran actor Harry Dean Stanton. Y mañana a las 18, en el ciclo “La gratis”, se proyectará La noche, el clásico de Michelangelo Antonioni, protagonizado por Jeanne Moreau, Marcello Mastroianni y Monica Vitti.