Lo mejor estuvo en el juego

Por primera vez en el torneo, Central encontró aspectos positivos en su juego sin necesidad de reparar en el resultado. El empate con Boca no es para desestimar porque jugó en la Bombonera. Edgardo Bauza siempre rescató los resultados cuando el equipo ganó. Pero ayer la satisfacción sin dudas estuvo en la actuación colectiva, incluso cuando la apuesta no dejó nunca su  perfil defensivo. Boca nunca lo superó y Central bien pudo ganar si Alfonso Parot y Federico Carrizo tenían mejor puntería debajo del arco.

El plan de Central no desarticular el poderío ofensivo de Boca, y en la primera parte lo cumplió. Caruzzo y Ortiz no tuvieron mayores exigencias. Con todo el equipo parado en su campo, el arco canaya estuvo bien protegido. Porque Villa no pudo desbordar, Zárate no tuvo movilidad, Benedetto apareció en pocas acciones fuera del área y Cardona no gravitó.

Como consecuencia del plantel, Central no tuvo la pelota. El dominio fue del local y el canaya se conformó con intentar jugar con espacios abiertos en terreno xeneize cuando recuperaba la pelota en el medio. Con esta estrategia, Camacho lo intentó con remate algo y luego el uruguayo largó un pase al área que llegó a los pies de Zampedri, aunque el delantero definió desviado sobre el primer palo.

Boca no supo jugar con la pelota y Central no tenía como prioridad el arco rival. Por eso el partido careció de emoción y se hizo muy largo en la primera parte.

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En el segundo tiempo Central profundizará su juego y dejará a Boca sin ideas. Porque no fue hasta los minutos finales que el local llegó a inquietar a Ledesma. El canaya mostró firmeza en su campo y encontró oportunidades incluso a pesar de que Lovera no logró su lugar en el partido.

En las más clara, Parot se encontró con la pelota en el área, la tocó de punta y el balón se perdió por el segundo palo. Sin gestación de juego, Barros Schelotto metió a Pablo Pérez. El volante empujó a Boca al área de Central y el partido desembocó en un final electrizante.

Porque Boca atacó con desesperación y Central respondió de contragolpe. Fue así como Carrizo la tiró a la tribuna con una volea de zurda en el área chica y después, en el mismo lugar, sacó una cabezazo de palomita desviado. La ilusión en Boca estuvo en una sola jugada, cuando Pérez atropelló sobre la línea un centro de Tévez pero la pelota le rebotó en la cabeza y se fue por arriba del travesaño.

Esta vez Bauza deberá quedar más conforme con el rendimiento de Central que con el resultado. Y esta es una buena señal para un equipo que aún busca identidad.