Darío Grandinetti dice que el importante premio que recibió en San Sebastián “es un mimo, un reconocimiento”. “Un premio al Mejor Actor por cualquier película, uno dice: ‘Está bien’, pero es eso y nada más. En este caso, es el reconocimiento a una película que lo necesita, para que esté puesta bajo la lupa, para que más gente se entere, para que más gente la vea. Este cine es muy difícil comunicarlo, venderlo, promocionarlo. Cuesta mucho dinero que estas producciones no tienen. Entonces, estos premios ayudan a ponerla en consideración, a visibilizarla, más para el gran público”, explica Grandinetti. Benjamín Naishtat, en tanto señala: “Esta es una película hecha por una productora independiente, que funciona en un monoambiente, que se hizo en cinco semanas. Entonces, me alegra eso. Había películas de Hollywood que competían. Así que lo tomo como un reconocimiento al cine independiente argentino, que puede ocupar grandes lugares; más allá de lo artístico, el lugar que puede ocupar en el terreno de legitimación internacional y que eso genere conciencia para que siga habiendo directores nuevos y un cine que tenga esa libertad porque hay productoras enormes que están muy atadas a la cuestión de recuperación comercial, que está perfecto pero también tiene que haber un lugar para el cine que es más una exploración”. En su discurso de agradecimiento de la Concha de Plata, Naishtat no se privó de cuestionar la política cultural y cinematográfica del actual gobierno macrista. Y tuvo mucha repercusión. El propio director admite por qué tuvo tanta repercusión lo que dijo: “Hay un desasosiego de mishiadura terrible, económico, pero que va más allá de eso. Hay una especie de desesperanza de eso, de desencanto generalizado. No hay horizonte. Incluso, yo creo que a la gente que apoya al gobierno el horizonte que le dan es el equilibrio fiscal, como si el día que las cuentas dieran cero, todo empezara. Eso no es un proyecto de Nación. No es un proyecto de Estado. Alguien que tiene un hijo chico, ¿qué le va a decir? ‘¿Vos a vivir en el país que tiene equilibro fiscal?’. No, hay que construir imaginarios, sociedad”, concluye el cineasta.