Miguel Lifschitz y Antonio Bonfatti nunca se llevaron bien y no van a empezar  a hacerlo ahora. Pero son dos dirigentes políticos de alto nivel y saben que las cuestiones personales deben ser pospuestas en pos de un objetivo mayor. Por eso este fin de semana aprovecharon el Encuentro de Ciudades Progresistas que se reunió en Carlos Paz para mostrarse juntos y hasta fundidos en un abrazo. Al costado, Mónica Fein miraba sonriente. Bonfatti ya dio el puntapié inicial para su candidatura a gobernador dentro de un Frente Progresista que quizás cambie de nombre y donde por ahora no está claro quién será el contrincante interno del presidente de la Cámara de Diputados.

Sí hay una premisa clara. Bonfatti lo quiere a Emilio Jatón como vice, pero el periodista es el que mejor mide como candidato a intendente de Santa Fe. Y por otro lado, en la actual coyuntura muchos le dicen a Bonfatti que la fórmula debería completarse con una mujer. Está por verse.

Por su lado, Lifschitz gana espacios a nivel nacional y su paso por el Coloquio de Idea en Mar del Plata ratificó esa decisión. “Hay que crear un nuevo espacio político en la Argentina, un espacio que no tenga que ver con este presente ni tampoco con el pasado”, dijo dando a entender que el socialismo ya está cansado de pagar las consecuencias de no tener representaciones nacionales. Que esa situación les plantea un límite que incluso empieza a ser perjudicial y hasta una desventaja competitiva en Santa Fe. El PS sigue convencido de que la ancha avenida del medio aún tiene mucho para dar, aunque la realidad haya marcado lo contrario hasta ahora.

Esto no lo pone a Lifschitz directamente en una candidatura nacional pero esa posibilidad le levanta el precio en el territorio si es que a último momento termina por postularse aquí liderando alguna lista de candidatos a diputados nacionales o provinciales.

Por su lado, Omar Perotti comenzó a pisar más fuerte el territorio acicateado tal vez por la presencia cada vez más ostensible de María Eugenia Bielsa como principal competidora interna. El peronismo tiene una cosa muy clara y por eso –además de las potentes candidaturas- es una fuerza altamente competitiva para 2019. Sabe que el punto de acumulación es el propio peronismo, como lo dijo otro precandidato a gobernador del espacio que representará más fielmente al sector kirchnerista: Leandro Busatto. Como sucede a nivel nacional, los peronistas comprenden que así como no alcanza con el kirchnerismo solo, tampoco se suma sin el kirchnerismo adentro.

Por eso en esta campaña incipiente, como en los actos del 17 de Octubre a nivel nacional, no se escuchó ni una sola crítica para nadie en la interna. Es el momento de que “para un compañero no hay nada mejor que otro compañero”, es cuando el peronismo huele el poder y ve la debilidad del adversario. Eso lo saben hacer muy bien los peronistas y cuando sucede se transforman en una fuerza imparable. Funciona cuando los sectores internos comprenden que es mejor un pequeño porcentaje de algo en lugar de un 100% de la nada. Es más, los problemas del peronismo “racional” con la ex presidenta Cristina Kirchner subsisten porque están juntando poder, masa crítica, para poder negociar en mejores condiciones con la senadora.

Si todo sigue como ahora, las Paso que promete el peronismo santafesino para el año que viene, serán para alquilar balcones. Por un lado Perotti juntando más del centro hacia el norte provincial y sumando sindicatos, intendentes, senadores y presidentes comunales; y por el otro Bielsa haciendo más pie en Rosario y el sur ensanchando alianzas hacia sectores como el Frente Social y Popular, Ciudad Futura y Nuevo Encuentro, por citar algunas de las fuerzas que la acompañan en su discretas reuniones políticas que van creciendo en número y también en expectativas.

En este marco habrá que ver cómo ficha el Movimiento Evita que por el momento ha estado en todos los escenarios afines. Esta semana con Perotti y el movimiento mutualista de Rosario, en los Diálogos Abiertos con Ciudad Futura y las otras fuerzas locales y en las declaraciones de Bielsa que los cuenta como aliados.

Si hay un elemento muy poderoso a tener en cuenta en el peronismo es el profundo rechazo que tanto Perotti como Bielsa expresan hacia el socialismo. De distintas maneras, ambos han “sufrido” la hegemonía socialista de todos estos años en Santa Fe y no ocultan la bronca que desde Hermes Binner para abajo le generan los dirigentes del partido de la rosa. 

Lo que le falta terminar de armar al peronismo es Rosario. Es obvio que Roberto Sukerman es el candidato a intendente más instalado, pero lo que se trata de ver aquí no sólo son las posibilidades locales sino también la tracción de votos hacia arriba para uno u otro candidato a gobernador. Y ahí es cuando aparece en escena el diputado Alejandro Grandinetti, al que todos ven con un perfil peronista menos nítido como para enfrentar la oferta que pondrá el PRO y el socialismo es escena. Pero esto no sólo lo ve el peronismo, que por eso mismo deberá avanzar decididamente si es que quiere contenerlo. El reciente lanzamiento de Osvado Miatello aún requiere de un mayor tiempo de instalación como candidato.

Por su parte, Cambiemos peleará por tener su lugar en Santa Fe para las próximas elecciones. Más concentrados que nada en la candidatura de Roy López Molina en Rosario y sin un gran poder de fuego en la provincia; el oficialismo nacional tendrá que enfrentar la furia y el desasosiego que están expandiendo sus políticas públicas y encima con candidatos no tan fuertes. El radical José Corral es el que picó en punta pero el diputado Federico Angelini concentra mucho respaldo de la Rosada para salir a la cancha.

En este punto todos se preguntan que está elucubrando la Unión Cívica Radical de Santa Fe. Y ahí las visiones difieren de manera extrema entre mantener una apuesta absoluta al frente con el PRO o ir virando despacito y sin estridencia hacia algún tipo de entendimiento con el socialismo. Es en estos momentos donde se explican las finas estrategias de los dos hombres que piensan permanentemente detrás de las bambalinas radicales: El experimentado diputado provincial Santiago Mascheroni y su hijo más dilecto, el presidente del partido Julián Galdeano. Habrá que esperar hasta enero del año próximo, por lo menos, para ver cómo termina esta historia.