Después de escribir en coautoría con Ana Camusso Bigotel (publicado por Comunicarte, donde se zambullen en el universo gatuno), David Wapner editó en la Argentina Operita de corazones, una obra tan textual como visual (Ediciones de la Terraza). Entre otras cosas preciosas, las ilustraciones de plastilina siguen el relato de un conflicto entre tres personajes por un corazón. Pero de fondo se ve otro relato: hay calles rotas, humo, basura, se adivinan rastros de bombardeos, pobreza, desolación. Un escenario que los autores describen como cercano a sus vivencias en Israel. El libro está dedicado a una familia africana, los Tartins, que fueron vecinos de los autores en Arad. “Los niños asistían a los talleres para refugiados que damos allí, el padre era un atleta olímpico africano, corría. Es una historia de película por todas las instancias tremendas que han pasado, echados de todos lados. Tuvieron que irse de Arad, porque Israel no reconoce a los perseguidos y sobrevivientes de genocidios africanos como refugiados”, cuenta Wapner. Finalmente, tras todo un peregrinaje y la ayuda de organismos internacionales, Canadá los recibió. “Ahora el libro hablará por sí solo a todos los corazones que inquietamente, como los de ellos, buscan seguir latiendo”, concluye Camusso.