La pianista Rocío Giménez López estrena disco y con él, una manera intensa de sentir el jazz. Deseos múltiples (BlueArt Records) integra nueve canciones propias (una de ellas, una versión de Samurai, de Djavan), un mundo personal que la pianista rosarina y su cuarteto presentarán el jueves próximo, a las 21, en Complejo Cultural Atlas (Mitre 645).

Graduada de la Escuela Provincial de Música de Rosario, con estudios específicos de la mano de Elisa Botteri y Alexander Panizza en piano clásico, Leonel Lúquez y Ernesto Jodos en jazz, y composición con Carlos Casazza, al acervo musical de Giménez López se suman clases particulares con Craig Taborn, Leo Genovese, y una beca de formación del programa Espacio Santafesino para estudiar con la pianista Marilyn Crispell, en la ciudad de Woodstock.

Deseos múltiples es su primer disco, con el jazz como lugar de encuentro y la intuición como guía musical. “La intuición es lo más personal, es una especie de percepción de lo que tiene que ser y lo que no, es el lugar más genuino. Si no va desde ahí, está complicado”, dice. Si la intuición es el lugar desde donde hacer surgir las composiciones, el título elegido para el disco también expresa de manera similar. “Tuvo que ver con la búsqueda que estaba haciendo, basada en estudiar, en aprender, en compartir con otros colegas, en hablar con amigos músicos, en haber ido a las clases de composición con Carlitos (Casazza), en todo ese laboratorio de ideas que uno va teniendo en lo cotidiano. De golpe encontrás certezas propias que no tienen que ver con si lo que se hace está bien o está mal, porque en el arte no hay bien ni mal. Lo que uno elige como estética, como lenguaje, como discurso, tiene que estar visceral y emocionalmente ligado a algo que te genere satisfacción. Las canciones que elegí tienen para mí eso, las toco y las siento así, y eso es valioso”, agrega.

En otro orden, la pianista forma también parte de Pez Blob, el trío que integra junto a Luciana Bass (guitarra) y Gerónimo Mangini (batería). Este año, Pez Blob presentó su primer trabajo, pero Deseos múltiples es diferente, elige una vertiente específica. “Con Pez Blob a veces nos ponen etiqueta de jazz o no sé qué, pero es un grupo que en realidad no está tan anclado al género del jazz o su historia. En cambio, la música que planteo en Deseos múltiples sí está desde ahí, desde ese lenguaje”, explica.

La tapa del disco, editado por BlueArt Records.

-- Los músicos elegidos tendrán que ver con cómo pensás el jazz.

-- En principio, empezamos tocando, mucho, con (el contrabajista) Emilio Madeo, que ahora vive en Alemania; básicamente, aprendimos a tocar jazz juntos. Al hacer las canciones, al buscar el lenguaje, él fue un interlocutor directo del proceso. Ni hablar que entre piano, contrabajo y batería hay una hermandad; pero más allá de la empatía, los instrumentos tienen que llevarse bien, es un equipo. (El baterista) Francisco Martí es talentoso, me encanta cómo toca, es todo fluidez. Y (el trombonista) Milton Méndez tiene una creatividad desbordante. Pese a vivir en Rosario, con Milton nos conocimos en un encuentro de compositores-improvisadores que se hizo en Bariloche, organizado por Ernesto Jodos y Tiki Cantero, ahí compartimos otro lenguaje, que yo no conocía de él y creo que él tampoco de mí, y que tiene que ver con la improvisación más libre, con otro tipo de búsqueda. Cuando lo escuché quise tocar con él ya, urgente. Volvimos de Bariloche y al poquito tiempo lo llamamos e incorporamos al trío el timbre del trombón.

-- Entiendo que tus composiciones abren un espacio para que el diálogo entre ustedes sea posible.

-- Cuando escribo y pienso la música, pienso eso a priori, es decir, un espacio para la sorpresa, para que la forma pueda mutar. Es muy raro que yo escriba una partitura con todo el arreglo resuelto, sino todo lo contrario. Me gusta escribir algunas cosas como cimientos fundamentales para la música, y después me encanta que los músicos con los que toco propongan también. Escribir es también pensar en eso y en quiénes son los que van a tocar. Si sé que voy a tocar con alguien que está anclado a un lenguaje más tradicional, trataré de ir por ese lado porque sé que es donde esta persona va a dar lo mejor de sí; es como poder detectar los lugares donde los músicos tienen su alma puesta, sus deseos múltiples, valga la redundancia (risas).

El piano estuvo en la vida de Rocío Giménez López desde siempre y en perjuicio de otros saberes. “Si bien me crié tocando el piano, estudié Medicina y me recibí. Pero nunca dejé de tocar. Nunca pasaron más de tres o cuatro días sin tocar, incluso cuando transitaba otra etapa. Fue vital sostener eso”.

-- Como un llamamiento.

-- Te cuento una. Una vez viajamos con dos amigas a Bolivia y Perú. Habían pasado dos semanas y yo estaba recorriendo Cuzco y tocando a la puerta del teatro, pidiendo que me dejaran tocar. ¡Y lo logré, me lo prestaron!

La presentación del jueves próximo contará con las presencias de Francisco Martí (batería), Milton Méndez (trombón) y Fernando Silva (contrabajo), en lugar de Emilio Madeo, radicado en Alemania. “Nano Silva es un músico de mi admiración total, con la generosidad que tiene se aprendió toda la música, y no sólo eso, también la hace propia. Es un ser de luz total”, agrega la pianista, que dice no poder pensarse sin la incidencia de Luciano Ruggieri, Carlos Casazza, Bruno Lazzarini, entre muchos otros: “Son mis maestros y mis amigos, con quienes aprendí a tocar. El compartir con ellos hizo que a uno le llegaran discos, ideas. En el plano de la inquietud propia, cuando vos buscás referentes, escuchaba un disco de Bud Powell o de Thelonious Monk y lógicamente te prendías fuego. A nivel nacional, pienso en Ernesto Jodos, Francisco Lo Vuolo, por ser motor de un montón de momentos y de cosas. Hay varias capas en todo esto. No son una sin la otra. Si uno tiene un poco de suerte en la vida, y yo considero que la tuve, se juntan. Durante mucho tiempo admiré a (la pianista) Marilyn Crispell, y el año pasado tuve la oportunidad de ir a clases con ella durante quince días. Musicalmente, fue una de las cosas más lindas que me pasó en la vida”.