–La CGT ha endurecido su perfil con los últimos paros generales, pero el miércoles, durante la movilización contra el Presupuesto, estuvo ausente.

–Hubo una convocatoria que se realizó desde el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN) donde nosotros como Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) la integramos y estuvimos en la calle. Pero sí, faltó la CGT en esta defensa que hicimos del pueblo y de los trabajadores. Faltó a este hecho patriótico. Desde lo institucional tiene importancia la presencia de la central obrera y por eso preocupa su ausencia.

–¿Por qué no lo hace?

–Sin hacer nombres y sin ánimo de criticar me parece que esto también lo reclamamos desde la CFT. Hay un montón de cuestiones que faltan, que no están a la altura de la situación y que no hay una interpretación de lo que las bases reclaman. Las bases, incluso las de ellos, concurrieron el 20 de octubre a la misa ecuménica que realizó el FSMN en Luján. Los que fueron es porque se sintieron contenidos y me parece que eso le está faltando a la conducción de la CGT. Por eso creo que es necesario que se convoque a un Comité Central Confederal donde los dirigentes expresen lo que sienten y reclama el territorio y así poder configurar una nueva conducción de la CGT. Nosotros tenemos la satisfacción como Frente Sindical de que nuestras bases están accionando y traccionando junto a los dirigentes.

–Sin embargo parece que la CGT reaccionó y va a llamar a otro paro para noviembre. ¿Está bien o es solo una respuesta coyuntural?

–Yo creo que es una respuesta frente a la coyuntura y bienvenida sea pero a nosotros me gustaría que me den la participación que corresponde para tener una estrategia no sólo de un paro de 36 horas sino tener un plan de lucha, una estrategia colectiva donde podamos interpretar esa gran voluntad de las masas de pelear, o sea, yo no tengo duda de que los compañeros que son invisibilizados por los medios monopólicos, pelean todos los días, todos los días hacen un 17 de octubre no necesitan un acto puntual para eso. Esa es la base de las organizaciones sindicales. Y esto lo tiene que tener reflejado la Confederación General del Trabajo.

–Veo que critica el acto en Tucumán.

–No lo critico. Sólo me parece que fue un acto más. Yo fui al de Merlo. Pero como peronista le digo que aquel el 17 de octubre de 1945 no fue un acto administrativo, ni electoral y mucho menos de coyuntura sino un acto revolucionario de los trabajadores en defensa de su líder.

–¿Entonces el acto de Tucumán fue burocrático y electoral?

–Ese acto tuvo un formato electoral y formó parte de una estrategia de campaña que después se ve reflejado en cómo se vota en la Cámara de Diputados. Mire, yo creo en la construcción, como decía Raymundo Ongaro, desde abajo hacia arriba, y desde la periferia hacia el centro. El acto de fe que se construyó en Luján fue de abajo hacia arriba y más allá de la diversidad que hubo en Tucumán, creo que fue un acto de dirigentes de arriba hacia abajo y me parece que en este momento nuestro pueblo necesita la unidad y una construcción horizontal.

–La misa en Luján desató duras críticas a la Iglesia y al papa Francisco.

–Al gobierno le jode notablemente el hecho de que tengamos un Papa argentino y que diga que el capitalismo ya finalizó su ciclo y que empieza el de los trabajadores. Me parece que esto es lo que más les jode. No se olvide cuando dijo que este gobierno tenía las mismas características de la revancha que tuvo la revolución Libertadora. Eso al gobierno le molesta y le irrita ese posicionamiento noble y popular de Francisco.

–Pareciera entonces que será difícil que estos dos grupos puedan confluir en un espacio común.

–En estas circunstancias pueden confluir porque tenemos que ser fieles testigos de que lo que decía el General: la prioridad la tiene la patria. Hoy, nosotros tenemos que correr un poquito de lado los matices y algunas cuestiones ideológicas y darle prioridad a la defensa de nuestra patria. Hoy el gobierno le entregó nuestra economía al FMI por eso la defensa de la patria va mucho más allá de cualquier acto de dirigentes o de las bases. Hoy estamos ante una embestida de los grandes grupos concentrados de la economía y del FMI. Por ende, necesitamos construir un frente patriótico, nacional, popular y feminista.

–¿En ese frente cuál es el rol de Cristina Kirchner?

–Ella debe jugar un rol fundamental y no solo por su capacidad de conducción política sino porque desde lo electoral, en el orden nacional, cuenta con un 35 por ciento de intención y eso es importante para cualquier frente político electoral.

–¿Por qué los dirigentes de otros sectores peronistas reclaman de ella un renunciamiento histórico?

–La verdad que alguien pretenda jubilar a una compañera o un compañero tiene una mirada mezquina y egoísta cuando nuestro enemigo trasciende nuestras propias fronteras como país.

–¿Qué debe concretarse primero: la unidad de peronismo o la del movimiento obrero?

–La unidad es importante y si se puede hacer simultáneamente mucho mejor. En eso trabaja el compañero (José Luis) Gioja y se ve que todos los días lucha por la unidad. El movimiento obrero tiene una centralidad muy importante porque puede ensamblar ese frente patriótico pero para poder decir que hay 2019 tenemos que tener un 2018 de lucha y unidad.

–¿La discusión por la conducción de la CGT no distrae la pelea con el gobierno nacional?

–El compañero Ongaro decía que mientras luchamos nos organizamos y mientras nos organizamos, luchamos. Son dos cuestiones que nosotros no podemos dejar de no hacer.