El reclamo de los gobernadores peronistas por el recorte presupuestario a las provincias reavivó el reclamo por la restitución y coparticipación del Fondo Federal Solidario (FFS, conocido como Fondo Sojero) y hace crujir al interbloque del Peronismo Federal que conduce Miguel Pichetto en medio de la discusión por el Presupuesto 2019. El senador formoseño José Mayans se encolumnó con el reclamo de los mandatarios provinciales, anunció que votará “en contra de la política de usura, desempleo y entrega del país” y el “incumplimiento permanente del Gobierno con las provincias, como la anulación por decreto del FFS que estaba incluido en el Pacto Fiscal que firmaron los gobernadores”. Mayans afirmó que el bloque tiene posiciones dividas y que podría crecer la resistencia para acompañar “el blanqueo y el  pago de la deuda” que “generó la irresponsabilidad de este Gobierno”. Mientras, Pichetto insiste en acompañar al oficialismo en la aprobación presupuestaria con un reconocimiento tácito de las dificultades en su bancada: “Vamos a hacer un esfuerzo por votarlo”, sostuvo el senador rionegrino.

“Muchos senadores del bloque estamos en disidencia con Pichetto respecto del Presupuesto, el bloque está dividido”, admitió Mayans en una entrevista concedida a El Destape Radio y ratificó las críticas y los cuestionamientos de varios de los senadores de la bancada del Peronismo Federal ante el desfile de ministros y funcionarios del Gobierno de Cambiemos ante la Comisión de Presupuesto del Senado.

“El Gobierno no acertó ninguno de los pronósticos de la economía aprobados en el Presupuesto 2018, tenemos una inflación de casi el 50 por ciento con un impacto enorme en las provincias”, dijo Mayans y agregó: “También les quitan a las provincias, con la eliminación por decreto del FFS, unos 120 mil millones de pesos que eran parte del Pacto Fiscal que el gobierno nacional firmó con los gobernadores, mientras el Banco Central paga tasas de usura del 75 por ciento”. 

“El gobierno nacional dice una cosa y hace lo que quiere”, insistió el senador formoseño y se refirió a la quita que el Ejecutivo aplicó a las provincias en servicios y transporte –el boleto del transporte público pasaría a costar “unos 40 pesos” en el interior del país–. Mayans reconoció que no hubo discusión sobre el presupuesto dentro del bloque y que el debate se abrió recién el martes con el reclamo de ocho provincias frente a la delicada situación presupuestaria que tendrían el año próximo. “Fue una reunión bastante dura”, confirmó.

El reclamo de los gobernadores llegó hasta el propio despacho de Pichetto. Allí estuvieron el martes Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Lucía Corpacci (Catamarca), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gildo Insfrán (Formosa), Mariano Arcioni (Chubut) y Sergio Casas (La Rioja), junto a los vicegobernadores Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Daniel Capitanich (Chaco). Además participó un grupo de senadores, entre los que estuvo Mayans.

Los mandatarios provinciales manifestaron su desacuerdo con la iniciativa que lanzó el propio Pichetto de eliminar a las viviendas únicas del alcance del Impuesto a los Bienes Personales. Una propuesta que Pichetto levantó como bandera propia de su campaña como precandidato presidencial. El aumento de las alícuotas de Bienes Personales –que se discute como proyecto aparte pero ligado a la discusión del Presupuesto– fue uno de los acuerdos que los gobernadores sellaron para compensar otras reducciones presupuestarias a las provincias.

Fue entonces que los gobernadores volvieron a la carga con el reclamo de restituir del FFS, cuya coparticipación el Gobierno anuló por decreto. Algo con lo que podrían negociar sin necesidad de modificar la media sanción de Diputados al Presupuesto.

Atento a la discusión interna entre los aliados que necesita para convertir en ley el cálculo de recursos para el año próximo, el Gobierno buscó morigerar el reclamo de los mandatarios provinciales con el desembolso adelantado de mil millones de pesos del Programa de Asistencia Financiera a Provincias y Municipios, con el que sustituyó parcialmente el FFS. El programa de asistencia solo alcanza a 17 provincias y la CABA, que rubricaron la adenda fiscal con el gobierno central, no compensa la pérdida de recursos con respecto a lo que percibirían con el FFS. 

Pichetto, en tanto, busca justificar su postura de acompañar el Presupuesto. “Vamos a hacer un esfuerzo por votarlo. Es un presupuesto de ajuste. Pero peor es no tenerlo y que el Gobierno reconduzca el de 2018”, argumentó el rionegrino.

También devolvió la pelota a los mandatarios provinciales, ante el reclamo de restituir el FFS. “El tema debería haber sido planteado cuando se discutió el Presupuesto en Diputados, si el Fondo Sojero era lo que querían”, planteó Pichetto y volvió a mostrase como el garante del oficialismo para aprobar el cálculo económico del Gobierno para 2019, al afirmar que al menos la mitad de su bancada (una docena de senadores) votará a favor del Presupuesto. Una postura que amenaza con fracturar al Peronismo Federal.