“Madres de la Plaza, el Pueblo las abraza” es parte del himno que entonan las gargantas de la militancia ante cada acto en el que están presentes las mujeres del pañuelo blanco. Las mismas que ayer volvieron a ganar otra batalla: es que tras la amenaza del intendente de San Genaro de vetar la ordenanza aprobada por el Concejo, y del repudio generalizado de organizaciones de derechos humanos por esa intención, el espacio verde de aquella ciudad finalmente llevará el nombre de las Abuelas de Plaza de Mayo.

La intención del intendente radical Gastón Marconcini era vetar la ordenanza sancionada semanas atrás por los ediles de la localidad ubicada en el centro sur de la provincia de Santa Fe. Pero todo quedó en la nada.

Es que ayer lunes venció el plazo de veto, y al no hacer uso de esa herramienta, el nombre propuesto por los concejales del Bloque Justicialista quedó automáticamente promulgado, por lo que ya es oficial que la plazoleta ubicada en Juan B. Justo y Buenos Aires llevará esa denominación, como homenaje a esas mujeres que lucharon contra la última dictadura cívico militar.

De entrada Marconcini se había mostrado duro con la decisión de otro poder: “No vamos a emitir una opinión, vamos a respetar la voluntad de los vecinos. Vamos a realizar una reunión  en el barrio donde está instalada esta plaza sobre la que el Concejo, desde el bloque del Partido Justicialista, propuso el nombre Abuelas de Plaza de Mayo. Ahí decidiremos qué hacer”. O sea, más allá de todo, se mostró dispuesto a desconocer la voluntad y decisión del otro poder local.

Ahora, en declaraciones al portal Info Más, el intendente admitió que “ya se venció el plazo y los vecinos no ingresaron la nota por el cambio de nombre”. Y agregó: “Lamentablemente para ellos ya no se puede hacer nada. La idea era acordar un nombre que consideren mejor”.

El titular del Ejecutivo municipal se excusó aclarando que “no fue una actitud” suya la de modificar el nombre de la plaza. “Solo traté de escuchar a los vecinos que llamaron por no estar de acuerdo”, intentó explicar. Pero lo cierto fue que ningún vecino de esa localidad presentó nada al respecto para evitar la denominación votada en el Concejo. A modo de reflexión tras atravesar estos días de repercusión nacional para San Genaro, el dirigente radical manifestó: “Me preocupó en un momento las declaraciones de repudio en contra de la actitud del intendente, que no fue una actitud, solo traté de escuchar a los vecinos que llamaron por no estar de acuerdo. A partir de ahí se hace este inútil comentario, idas y vueltas, malos entendidos”.

La posibilidad de veto cosechó el repudio de distintas organizaciones de derechos humanos, de legisladores y de la propia Secretaría de DDHH de Santa Fe, desde donde se le envió una carta al mandatario local.