El Club Universitario de Buenos Aires (CUBA) aprobó en una votación que las mujeres puedan ser socias plenas. Con 1648 votos a favor, 601 en contra y seis abstenciones, el histórico club modificó su estatuto y puso a mujeres y varones en igualdad de condiciones.

El lunes a la noche se realizó una votación en la que los socios eligieron que las mujeres dejen de ser “adherentes” y pasen a considerarse como socias plenas. A pesar de la reticencia de muchos varones, las mujeres universitarias podrán elegir pasar a ser socias activas. Por su parte, aquellas que no sean universitarias mantendrían su condición de adherentes.

Hasta el momento, CUBA sólo le permitía el ingreso a mujeres que fueran esposas o hijas de alguno de los socios. La reforma modificaría este aspecto y le daría a las mujeres los mismos derechos políticos que a los varones.

Sin embargo, el proyecto impulsado por la Comisión Directiva del centenario club aún excluye a las mujeres. Las socias seguirán sin poder realizar actividad física en la sede ubicada en Viamonte 1560. Al igual que antes, las mujeres podrán acceder al comedor y la biblioteca, y participar de las actividades sociales que se organicen en el edificio.

“Transformar esa sede en mixta es muy complicado. Lo mejor sería que se haga otra sede central para mujeres”, argumentó un socio al ser consultado por un canal de televisión. Al tratarse de un edificio antiguo, el hombre consideró que crear un espacio nuevo exclusivo para mujeres es “más económico, más moderno, más práctico”. 

La votación se realizó mediante el sistema de Boleta Única Electrónica. Dos tercios de los electores estuvo a favor de “la necesidad de reformar los artículos indicados en el punto y de incorporar los artículos transitorios Nº, I, II y III con el objeto de adecuar el Estatuto Social al Código Civil y Comercial de la Nación y admitir a la mujer como socia activa”. Después, cada artículo se aprobó a mano alzada y por mayoría simple.

El periodista Rolando Hanglin, socio vitalicio del club, fue una de las caras más visibles en contra de la reforma. “Creo que el club es el mejor, está bien como está. Equipo que anda bien no se toca”, opinó Hanglin poco antes de la votación. Otros socios tomaron la misma postura que Hanglin.

“Son unos dinosaurios”, se quejó un socio mayor de edad. “Nosotros tenemos hijas, tenemos esposa, no podemos seguir funcionando como en la época de las cavernas”, aseguró.