En la cabeza de buena parte de los integrantes del Consejo Directivo de la CGT el paro está tan frío como la Antártida. El bono de cinco mil pesos parece ser suficiente como para calmar los espíritus levantiscos de algunos de sus miembros que se quejaban del fuerte impacto de la inflación en los salarios de los trabajadores. De todas maneras primero tiene que publicarse el decreto presidencial, como reclaman los gremialistas, donde se anuncie el pago extraordinario de carácter no remunerativo, obligatorio e universal. En principio el acto administrativo deberá conocerse antes de las 16, hora en que volverá a reunirse la CGT para decidir si desactiva o confirma el paro general agendado para fin de mes. Si la medida de fuerza se suspende el Gobierno podrá gozar de la paz social que quiere durante la reunión del G-20. 

El Consejo de la CGT se había reunido la semana pasada con un paro de 36 horas y una movilización en la agenda. Eso es lo que algunos dirigentes cegetistas, como afirmó el cosecretario general de la central obrera, Carlos Acuña, tenían en mente. La reacción del Gobierno no se hizo esperar porque pretenden tranquilidad en los días que se realizará el evento internacional. Entonces comenzaron los llamados y conversaciones que luego se denominaron “informales”. La central sindical respondió con un cuarto intermedio para oficializar las conversaciones y postergaron la decisión. El plazo se cumple hoy.  

El reinicio de esa reunión debería producirse con el decreto presidencial que prometió el ministro de la Producción y Trabajo, Dante Sica, ya publicado. El problema, al menos por ahora, es la presión que los empresarios ejercen sobre el Gobierno para que evite escribir que el bono sea obligatorio y, en todo caso, que sea como expresó el martes el ministro: “de hasta cinco mil pesos” (ver nota aparte). 

Consciente de ello, el también secretario general cegetista Héctor Daer salió a presionar. Durante una entrevista radial aseguró que “es fundamental que lo acordado con el Gobierno salga por decreto. La cifra acordada es de 5 mil pesos. Esto va a permitir que los salarios se vayan reacondicionando frente a la inflación”, dijo. El otro problema que puede surgir es que el Gobierno considere al bono como un pago a cuenta de futuros aumentos y eso, al menos por ahora, es rechazado por la CGT.

Daer se caracteriza por ser precavido, con una fuerte tendencia al diálogo y como tal ayer señaló que si el decreto sale como se acordó “seguramente no habrá medida de fuerza”. Es más, agregó que “el paro no es un fin en sí mismo, y nosotros planteábamos una medida de fuerza si no había respuesta a los reclamos; creo que esto es el principio para atenuar la situación crítica”.

En rigor, para la conducción cegetista la medida de fuerza no es viable al menos durante noviembre. Esa convicción coincide con la necesidad de pazo social que desea el Gobierno para esos días presencias internacionales. Ahora bien, la posibilidad de resucitar una medida de fuerza bien puede suceder una vez que se vaya del país el último de los presidentes que participen del G-20.

Más allá de ese detalle lo que resta esperar es el decreto y lo que contenga. Es por eso que el propio Daer advirtió que la decisión final de la CGT “surgirá en la reunión del Consejo Directivo” porque “tenemos que esperar a ver cómo queda el texto del decreto, para que sea de carácter universal para todos los trabajadores”. Por otra parte, el titular del gremio de la Sanidad explicó que “si bien el acuerdo se había realizado en un primer momento para el sector privado, luego en una conversación que mantuvo el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, con el vicejefe de Gabinete y secretario de Modernización, Andrés Ibarra, se extendió al sector estatal”.

En ese sentido, Rodríguez reconoció que durante la reunión con Sica y los empresarios no se había incluido a los estatales en el bono aunque advirtió que “si se habló de reapertura de paritarias”. Según el titular del poderoso gremio estatal “para nosotros los cinco mil no son techo sino piso”. De todas formas y al igual que Daer, el hombre de UPCN esperará a leer el tan mentado decreto presidencial.