Tras los alrededor de 800 milímetros de agua acumulada en los últimos cuatro fines de semanas de lluvia, las tierras del sur santafesino no dan abasto. Rosario/12 consultó a profesionales del Taller Ecologista, que hablan de los usos y abusos del suelo. "El monocultivo produce un daño en la tierra y todo lo que se usa, como fertilizantes o lo que dicen que controla las malezas, hace que nunca se logre recuperar el suelo", lamentó Cecilia Bianco, coordinadora del Area Tóxicos del Taller. "Hace veinte años que se usa el mismo modelo con la soja, la siembra directa, que produce la compactación del suelo por las enormes maquinarias. Eso hace que el agua no escurra", dijo Eduardo Spiaggi, otro de los integrantes del Taller, quien consideró que "no hay políticas a largo plazo: sólo se trabaja sobre la emergencia y es más caro".

En los últimos días, la lluvia cesó pero los daños de la inundación recién comienzan a dimensionarse; mientras surgen las primeras estimaciones sobre las pérdidas, en números. Según el gobierno de Santa Fe, el daño económico ronda los 1.100 millones de dólares, con más del 25 por ciento de la superficie productiva afectada por la lluvia caída desde Navidad.

Además de la situación de daños en el casco urbano de unas 70 localidades, también fueron afectadas de manera crítica 1,5 millón de hectáreas, de un total de siete millones del área agrícola cultivada.

Eduardo Spiaggi, detalló la situación: "Al esparcirse tanto el cultivo de soja, fue corriendo a otras producciones como la de los tambos, que funcionan con pasturas, sea natural o implantada, y esa pastura llega a durar toda la vida, entonces el suelo está permanentemente cubierto. La lluvia que cayó en estos días, con la soja recién creciendo, llega mucho más rápido al suelo. Las pasturas de alfalfa tienen una planta de medio metro de alto, o setenta centímetros, y cuando cae el agua lo hace sobre la planta, después se desliza lentamente al suelo. Así, tiene más tiempo para absorber. También es más favorable en la parte de las raíces, porque la alfalfa tiene medio metro de raíz y absorbe el agua que penetró al suelo". También recordó: "Teníamos pastizales naturales que, transformados para la ganadería, no era tan impactante; pero barrerlos para plantar la soja, sí. A eso hay que agregarle el cambio climático, fenómenos climáticos extremos, lluvias más fuertes, canales clandestinos y es un combo complicado". 

Bianco puntualizó que otro de los problemas que influye directamente en la falta de absorción del agua es que "están sacando los bosques". Y puntualizó: "Nos da mucha pena que desde el gobierno, de cualquiera de los niveles, se habla de hacer obras, porque el problema se irá acentuando. Esta realidad es altamente dramática". Lisandro Arelovich recordó que la ley de bosques "fue mal implementada" y "el desmonte genera inundaciones". También dijo que "resta discutir la ley de humedales".

Al mismo tiempo, apuntaron a las nuevas urbanizaciones. Arelovich consideró que el cambio en el uso del suelo lleva décadas con el mismo modelo de producción agropecuaria; pero también habló de la especulación inmobiliaria y el avance de barrios en los que "no se hace control de la obra civil". En ese sentido, dio cuenta de "los barrios residenciales no se inundan; los marginales, sí. Es decir que la especulación inmobiliaria está acompañada de una ingeniería civil que prevé que no se inunden esas zonas, pero quiere decir que se van a inundar otras, las más postergadas".

También apuntó a que "hay eventos climáticos extraordinarios que se sabía que iban a venir". Por lo que consideró que quienes toman las decisiones "deberían empezar a tomarse más en serio los programas de prevención de riesgos y catástrofes. Por lo general, cuando pasan estas cosas, los estados tienen que salir a pedir préstamos", enfatizó.