El mercado volvió a darle la espalda a Mauricio Macri. Esta vez la mala noticia para el Gobierno llegó de Standard & Poor’s, la calificadora de riesgo que le bajó la nota a la deuda de largo plazo de la Argentina. La decisión va en el mismo sentido que la tomada a mediados de la semana pasada por FitchRatings y da cuenta de la fragilidad de la economía argentina.

La calificación de Standard & Poor’s  para la deuda argentina era hasta hoy B+ con perspectiva estable. La nota ahora pasó a B.

“Ha habido una erosión del perfil de la deuda argentina, de la trayectoria de crecimiento económico y de la dinámica de inflación tras los reveses en la implementación de su desafiante programa de ajuste económico”, enumeró la calificadora de riesgo para justificar su determinación.

Standard & Poor’s no descartó incluso que el escenario económico pueda empeorar todavía más. Al respecto señaló que “podríamos volver a bajar las calificaciones durante los próximos 12 meses si acontecimientos políticos negativos inesperados o la implementación irregular del programa de austeridad económica del Gobierno daña más la confianza de inversionistas, empeorando el acceso del Gobierno al financiamiento de mercado y presionando potencialmente la moneda, lo que afectaría la dinámica de inflación”.

Hace cinco días fue FitchRatings quien le bajó el pultar a Macri. Los economistas de esa firma dedicada a analizar el grado de solvencia de emisores de bonos, ya sean públicos o privados, advirtieron que la economía argentina es mucha más débil que la previamente estimada, además de abrir dudas acerca de la promesa del Gobierno de alcanzar un equilibrio fiscal permanente.

Esa calificadora, que le puso a la deuda argentina la misma nota que ahora le asignó Standard & Poor’s, estimaron que la recesión dificultará el objetivo oficial del Déficit Cero y que ha empezado a influir la elevada incertidumbre electoral.

Dicho en otras palabras, lo que FitchRatings y Standard & Poor’s hacen es adelantarle a grandes fondos de inversión internacional, bancos globales y grandes operadores del mercado que Argentina puede declarar un nuevo default en 2020, cuando se agotará el dinero provisto por el Fondo Monetario Internacional.