Eduardo Bolsonaro (foto), uno de los tres hijos legisladores del presidente electo, defendió calificar como terrorista al Movimiento de trabajadores Sin Tierra (MST), una antigua exigencia del bloque ruralista en el Congreso. “Ellos imponen el terror, llevan el terror para asustar a las personas. Si es necesario detener a 100.000 personas no veo problema ninguno en ello. Mi problema es que 100.000 de ellos estén libres para invadir tierras. Quiero dificultar la vida de esas personas”, dijo al diario O Estado de Sao Paulo.

Bolsonaro, considerado el más extremista de los ultraderechistas del Partido Social Liberal, dijo que busca criminalizar el “comunismo, como lo está el nazismo. “Quiero servirle a la sociedad para alertarla sobre los peligros del comunismo, así como puedo hablar de los peligros de algo como el cáncer de próstata”, subrayó el legislador.

Por otra parte, reiteró, así como su padre, su desconfianza en parte del Palacio de Itamaraty, la sede de la cancillería para la cual Jair Bolsonaro aún carece de un futuro ministro. “Me dicen que Itamaraty es uno de los ministerios donde más está arraigada la ideología marxista y donde habría un mayor rechazo al presidente Bolsonaro”.

Admirador de Donald Trump, Eduardo Bolsonaro ganó fama también por aparecer en fotografías con remeras con inscripciones a favor del Mossad y del máximo torturador de la dictadura, Carlos Alberto Brilhante Ustra, considerado un ídolo por su padre. Dijo que para enfrentar al Foro de Sao Paulo, creado en 1990 por los partidos de la izquierda latinoamericana, buscará poner a Brasil en El Movimiento, una plataforma de extrema derecha organizada por Steve Bannon, uno de los articuladores de las campañas de Trump a la Casa Blanca. 

En ese sentido, quiere estrechar lazos con Matteo Salvini, vicepremier y ministro del Interior de Italia, de la separatista Liga Norte, que fue el principal político italiano en busca cooperación con el futuro gobierno de Jair Bolsonaro.