Seguramente la Casa Rosada o el Ministerio de Defensa o la Armada querrán atribuirse méritos en la detección del ARA San Juan. Sería una grosería, un despropósito, una vergüenza.

Las madres, esposas y hermanas de los tripulantes del submarino tuvieron que encadenarse más de 50 días en la reja de la Casa Rosada para que el contrato con Ocean Infinity se firmara. Fueron días tremendos, de mucha lluvia y frío, en el que los visitamos en sus precarias tiendas. El Gobierno asistió a semejante protesta sin asomarse a tratar de convencerlos, a prometerles que el contrato estaría firmado tal día. Todo lo fueron postergando y postergando.

Si el ARA San Juan se encontró ayer fue gracias pura y exclusivamente a que los familiares se pusieron firmes. Hubo meses y meses en que el submarino no lo buscó NADIE. Se habían ido norteamericanos y rusos y la administración Macri dejaba que pasen los días.

El submarino se encontró en el último día de búsqueda, cuando ya el Seabed se encaminaba a Ciudad del Cabo para el mantenimiento. Arriba del barco, Luis Tagliapietra, cuyo hijo está en el submarino, sostenía que ya se había recorrido todo y que había que revisar todas las imágenes y todos los sonidos. Según parece, de una revisión final surgió la idea de volver sobre un punto en el que se había "escuchado" un ruido que podría ser del San Juan.

La Marina estaba --¿está todavía?-- a punto de emitir un informe de expertos en el que prácticamente diagnosticaría que hubo una válvula mal manipulada y que eso produjo la entrada de agua y la explosión. Significa echarle la culpa a los tripulantes. Yo no descarto que pueda haber errores humanos, pero todo eso debe ser rediscutido y no puede haber informe hasta que se evalúe en serio que pasó, con las imágenes del submarino hundido. Se viene una dramática polémica: ¿se manipuló mal una válvula o el submarino tenía un desastroso mantenimiento y no estaba en condiciones de hacer esa travesía?  Lo cierto es que el Ara San Juan debió ir a dique para mantenimiento en enero de 2017.

Hay que diferenciar responsabilidades penales de responsabilidades políticas. Espero que no se use el San Juan como se usó la tragedia de Once, echando culpas penales a cualquiera, mediante grotescas manipulaciones políticas de la justicia.

Responsabilidad penal puede tener el jefe de la flota de submarinos o cualquier persona cercana al navío, que haya tenido que ver directamente con lo ocurrido. No puede tener responsabilidad penal un ministro ni un jefe de la Armada que no están en condiciones de revisar si el snorkel estaba en condiciones o no. Es muy posible que pueda ser imputado por estrago culposo seguido de muerte el que conocía el estado del submarino y autorizó el viaje. De ahí para arriba, no.

Otra cosa son las responsabilidades políticas, que no se pagan con penas de cárcel, pero sí con destitución y repudio. Aquí entran sin dudas los jefes de la Armada y el ministro de Defensa, porque no solo tuvieron a gente inepta bajo su mando, desplegaron políticas nefastas de mantenimiento, sino que luego fueron maltratadores de los familiares así como burocráticos e ineficientes en la búsqueda de soluciones.

No soy de los que cree que todo debe achacarse a un presidente. Un mandatario no puede estar en todo. Por supuesto que tiene la responsabilidad de haber tenido en el cargo a un hombre como Oscar Aguad, que hizo un patético paso por el Ministerio de Comunicaciones, venía con acusaciones de corrupción cuando encabezó la intervención en Corrientes y siempre exhibió autoritarismo, indiferencia e ineficiencia respecto del submarino perdido. Aguad es un símbolo del desprecio y la altanería que exhibe la administración Macri en sus políticas.