El barrio de Floresta, su club más popular y muchos de sus vecinos están bajo la lupa de los funcionarios porteños. Los graves incidentes en la cancha de All Boys –como ocurre siempre– fueron abono para las especulaciones políticas. Marcelo D’Alessandro, el secretario de Seguridad de la ciudad, abonó la hipótesis sobre relación entre los hinchas que atacaron a la policía y el dirigente del partido MILES, Luis D’Elía. “Esta barra es funcional a algún dirigente político”, dijo enigmático en radio La Red. Entre la gente que sigue al equipo hay quienes piensan que la pesquisa irá más allá. Que se busca otra cosa, más allá de la periferia de los barrabravas. 

“D’Elía organizó un acto en la cancha en mayo de 2013 para apoyar a Nicolás Maduro, se toman de ahí para vincularlo con la hinchada”, le dijo a PáginaI12 una fuente que conoce cada pasillo de All Boys. Al dirigente piquetero lo investigó la Justicia a raíz de una denuncia judicial presentada en 2015 por un presunto pago de 25 mil pesos a la barra brava del club. La causa pasó por el juzgado de Fabiana Palmaghini, la misma magistrada que investigó la muerte del fiscal Alberto Nisman. La organización Fútbol en Paz en la Argentina, del ahora funcionario bonaerense Juan Manuel Lugones, formuló aquella denuncia.

Pero el ataque del miércoles tiene un contexto más amplio y complejo. Está relacionado con la inserción de la comunidad islámica en el club. Su secretario general hasta el año pasado era Moussa Galeb, el tío de los jóvenes detenidos Axel Ezequiel y Kevin Gamal Abraham Salomón, de 25 y 23 años, a quienes el gobierno nacional vinculó con Hezbollah. Renunció a la comisión directiva, pero no se alejaron de la institución de Floresta otros hinchas y socios que pertenecen a la colectividad. Cuando se produjeron los hechos, una bandera con la inscripción “Justicia para Axel y Kevin” colgaba muy cerca del sector donde se ubicaba el reducido grupo de visitantes. Los hinchas de All Boys defienden la causa Palestina desde hace varios años, como lo hacen con la de Malvinas. Un mural con las caras de sus socios desaparecidos durante la última dictadura se vio de fondo en las fotografías de los incidentes. Está ubicado en la esquina de Mercedes y Alvarez Jonte.