El poeta serbio-estadounidense Charles Simic, premio Pulitzer por El mundo no se acaba, inauguró el Salón de la Poesía, uno de los espacios tradicionales de la Feria del Libro de Guadalajara, que cumplió su décima edición este año. Entre los poetas que también participarán en la 32° FIL se destacan el poeta esloveno Ales Steger, el polaco Eugeniusz Tkaczyszyn-Dycki,  los chilenos Raúl Zurita y Alejandro Zambra, los poetas portugueses Maria do Rosário Pedreira y Nuno Júdice, entre otros. Simic leyó poemas en voz alta como “Retratos infantiles de dictadores famosos” y comentó cómo era común encontrar libros biográficos de dictadores con fotografías de ellos cuando eran pequeños. “Quién diría –agregó el poeta de 80 años– que esas pequeñas criaturas, aparentemente inocentes, habrían de convertirse con el paso del tiempo en las personas que llegaron a ser. Nadie lo habría advertido”. Cada poema que leía era como una esquirla de su biografía íntima y familiar, como “Lo que los gitanos le dijeron a mi abuela cuando todavía era una niña pequeña”. Simic explicó que sus padres y abuelos padecieron tiempos difíciles durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. “Serás como una ciega viendo una película muda”, contó que los gitanos le decían a su abuela y continúo desplegando una sensibilidad excepcional en la lectura de los poemas que eligió especialmente para la apertura del espacio.

“No hay ningún proceso que garantice que escribiremos lo que queremos”, dijo Simic y recordó aquella vez cuando, a sus 10 años, buscó por todos los medios escribir un poema para su abuelo, a quien quería con todo su corazón. Pero se dio cuenta que el poema sólo comenzó a ser bueno cuando logró sacar al abuelo de él. Desde su experiencia, un poema resulta ser malo cuando comienza a escribirlo con una idea específica de lo que quiere decir. El poeta, traductor y ensayista también presentó su libro Garabateado en la oscuridad.