El riesgo país subió hasta los 708 puntos, indicador financiero que refleja la lenta y persistente fuga de capitales extranjeros y locales de títulos públicos argentinos. Esa fuga implica una fuerte presión vendedora de esos activos, que deriva en una caída de las cotizaciones y, por lo tanto, en un aumento de la tasa de retorno de los bonos. Este movimiento financiero es el síntoma más intenso de la pérdida de confianza de los grandes operadores acerca de las perspectivas de la economía macrista. Pese a los dólares que aporta el FMI para pagar intereses y capital de la deuda, el riesgo de una cesación de pagos se ha incrementado, lo que se expresa en un riesgo país por encima de los 700 puntos.

En ese contexto de incertidumbre, el dólar cerró ayer a 39,63 pesos, con una leve caída de 31 centavos. En esa misma tendencia, en Brasil hubo un retroceso del real del 1,6 por ciento y en México del 0,7 por ciento. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, insistió con su estrategia de decir que no pasa nada mientras variables clave ingresan en zona de turbulencias. Ahora fue el turno del dólar, diciendo que “estamos muy tranquilos con el dólar. Se mueve muy suave”, mencionó. Dujovne no precisó qué considera como “muy suave”, cuando el tipo de cambio roza los 40 pesos. Esta semana la divisa volvió a mostrar fuertes señales de volatilidad. A diferencia de la baja de ayer, el lunes registró un salto de 3,7 por ciento. Se trata del mayor aumento diario desde que inició el nuevo programa monetario de ultra ajuste liderado por el titular del Banco Central, Guido Sandleris.

Para retirar pesos del mercado y, de ese modo, disminuir la presión en la plaza cambiaria, la entidad monetaria colocó 140.075 millones de pesos en Letras de Liquidez, con un rendimiento promedio del 61,25 por ciento anual, lo que significa la primera suba (aunque leve) después de quince licitaciones. 

Existen distintos elementos para explicar el regreso de la incertidumbre cambiaria. Uno de los puntos principales es la falta de programa de mediano y largo plazo. El Banco Central enfrenta importantes desafíos de sustentabilidad en su balance contable, en el que sobresale la fuerte caída de reservas internacionales. Desde el 30 de octubre se acumula una baja de 2604 millones de las reservas, a ritmo diario de casi 100 millones. En el organismo ya se gastaron el 46 por ciento de las divisas desembolsadas por el Fondo Monetario Internacional a finales de octubre. En la jornada de ayer las reservas finalizaron en 51.438 millones, con una baja de 153 millones.

El stock de reservas esta descendiendo sin pausa, y mañana hay un gran vencimiento de deuda, el del Bonar 18, que suma por capital e intereses unos 3200 millones de dólares. Si bien casi la totalidad de esta emisión está en manos de la Anses, la cancelación de esa cuenta saldrá de recursos del Tesoro pero también de las reservas del Banco Central. El siguiente gran vencimiento será el lunes próximo, por unos 1400 millones de dólares de Letes. Estos compromisos y otros de deuda en semanas siguientes son atendidos con los dólares del Fondo Monetario Internacional.

En tanto, las acciones argentinas operaron con mayorías de bajas en Wall Street, luego de conocerse el procesamiento de Paolo Rocca, presidente ejecutivo del grupo industrial Techint, controlante de Tenaris y Ternium que se desplomaron 9,8 y 4,8 por ciento, respectivamente. Los papeles de los bancos tampoco escaparon al cimbronazo, mostrando fuertes pérdidas como la del Banco Supervielle (-7,1 por ciento), Grupo Galicia (-5,4), Francés (-4,3), y Banco Macro (-3,4).