La culpa la tuvieron Los Simpson. Específicamente los especiales de Halloween con su mezcla de horror y comedia pero con perfecto conocimiento de los códigos de cada género. ¿O habrá sido la Trilogía Evil Dead y su inoportuno mix de sangre, muertos y carcajadas? Luego vendrían Buffy la Cazavampiros, Simon Pegg con films como Shaun of the Dead, hasta llegar a Stan Against Evil, cuya segunda temporada estrenó AMC la semana pasada y va los martes a las 23. Dana Gould, creador de esta ficción y otrora guionista de la serie animada de la familia amarilla, intenta causar aquí tantos escalofríos como risas con varios guiños a los amantes de uno de los géneros más bastardeados de la historia.

Gould se preguntó qué pasaría si su padre tuviera que batallar contra demonios, y bajo esa premisa surgió Stan Miller, un lobo estepario que quiere tirarse en su poltrona a descansar pero debe prevenir de que avenga el apocalipsis, y que está protagonizado por John C. McGinley. La propuesta es generosa en vómitos negros, libros proféticos, chanchos posesos, muertos vivos, estacas y palazos. ¿De dónde provienen los amigos de mandinga?

El punto es que el pueblo de Willard’s Mill está maldito desde que en el siglo XVII un alguacil quemó en una hoguera a 172 brujas. Todos los que le siguieron habían muerto a manos de miembros del club del Mal, excepto Stan, echado de su trabajo por golpear a una anciana. Así que los demonios no van a descansar hasta cumplir el destino con Mr. Miller. ¿Y cómo es que había logrado salir ileso? El hombre ignoraba que su esposa se había dedicado a investigar sobre conjuros para cuidarle la espalda; pequeña herida para el ego de este macho cansino e ingenioso con sus insultos.

Stan es esencialmente un tipo dañado que perdió a su esposa y su trabajo casi en simultáneo, y está perdido, sin una misión, se tiene que reconciliar con su pérdida. Hasta que descubre que hay más de 172 espíritus del Mal que quieren matarlo. Ahí tenés una base muy rica para escribir y Dana Gould explora todos los rincones de lo que Stan puede llegar a hacer”, le contó McGinley al NO. ¿Un ejemplo de lo que puede hacer su personaje? En un episodio recurre al final de Tiburón como método para enfrentar a un macho cabrío.

El terror vive días pródigos con el retorno al cine de Mike Myers en La noche de Halloween junto con el estreno de La maldición de Hill House y Picnic at Hanging Rock en la pantalla chica. También pasó Ash vs. Evil Dead sobre el icónico cazador del Necronomicón, que acabó este año tras tres temporadas. Stan Against Evil sacude con un tipo de sátira que nunca se siente cínica sino más bien como un homenaje desvergonzado. Gran parte del humor recae sobre las chicanas de Stan hacia su reemplazo (¡el horror!... se trata de una mujer), y pocos actores como McGingley para proferirlas con solvencia: tiene licencia de molestar al prójimo desde las épocas de Scrubs.

El choque de los sexos en ese terruño conservador es otra de las claves de la propuesta. Y la última especialidad de la casa son las referencias al universo del terror y la cultura pop en general. “Cuando lleguen a la tercera temporada va a ser muy especial porque está llena de galletitas de cultura pop. En las distintas Comic-Cons que hemos ido, los fans siempre nos dicen que es uno de los puntos que más aman del programa. Eso es obra de Dana. Puede ir de los X-Files hasta, bueno, me voy a quedar ahí así siguen prendidos al programa”, remata McGinley.

¿Cómo fue el acercamiento a dos géneros, el terror y la comedia, que usualmente van por carriles separados?

--Desde un primer momento estuvo allí, por el trabajo de Dana en Los Simpson durante casi una década, y el mío en Scrubs. Dana, que es el productor ejecutivo del programa, es un fanático acérrimo del género, sabe todo de las películas que dan espanto, así que cubre varios espectros sin problemas. Fue como ir al gimnasio y ponerse a trabajar sobre lo que ya teníamos para obtener una mejor forma.

En un principio, y casi a su pesar, Stan tiene que formar dupla con Evie Barret, la nueva sheriff. ¿Cómo describirías su relación?

--Dana siempre dijo que la relación entre ellos es como la de un padre con “el” hijo que nunca tuvo. Por supuesto que Stan tiene a su hija pero con Evie lo une el hecho de tener que sobrevivir a cada momento. Poco a poco la va a ir respetando, la va a ir queriendo, no en una manera romántica sino como alguien de su linaje.

¿Y con Denise, su hija?

--Es sobreprotector con ella pese a que esté un poco loca. El personaje, no la actriz, aclaro. Es su fuente de eterna frustración pero es lo único que le queda como familia. Más allá de sus retorcidos desvaríos, Stan la ama porque es lo único que verdaderamente tiene.

Muchos te conocieron por tu personaje en Scrubs: ¿cómo se llevaría ese doctor Perry Cox con Stan?

--Creo que no se llevarían nada bien. Ni por un minuto. Sería una reacción química: el agua y el aceite.