El titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, hizo otro aporte a las insólitas acciones de los funcionarios argentinos en el marco del G-20. Comparó la trascendencia periodística de la cumbre que se realiza en Buenos Aires con el Mundial 78, el evento deportivo organizado por la última dictadura cívico-militar que tuvo como objetivo mejorar la imagen internacional de la Argentina mientras se concretaba un genocidio que dejó 30 mil desaparecidos.

 

Parado en el escenario montado en Costa Salguero, el predio que será epicentro de las reuniones entre los presidentes de las principales potencias, Lombardi dijo que el G-20 es “una posibilidad de transmitir nuestra ‘marca país’ al mundo”. Consideró que ello era algo extraordinario y destacó la cantidad de periodistas que viajaron para cubrir y transmitir la cumbre mundial. Para dimensionarlo, no se le ocurrió mejor idea que compararlo con un recuerdo poco feliz: la cobertura periodística “es prácticamente un 50 por ciento más que el otro evento internacional más importante que tuvimos en la Argentina, que fue el Mundial 78”, dijo.

Si hay un hecho polémico para no utilizar como parámetro de comparación, ese es el Mundial de Fútbol organizado por el gobierno de facto para lavar su imagen frente a las cientos de denuncias por delitos de lesa humanidad que se hicieron por entonces. Ese evento quedó en la memoria como una de las más grandes “cortinas de humo” echadas para tapar los secuestros ilegales, los campos de concentración, las desapariciones forzadas y el saqueo de la economía nacional.

Tal vez alertado por un rapto de memoria, Lombardi se apresuró a aclarar que la del G-20 y la del Mundial 78 “obviamente eran otras épocas”, pero no obstante defendió su lamentable comparación y destacó que la cumbre de presidentes se convirtió en “el evento que más transmisiones internacionales va a tener la Argentina”, respecto de aquel convocado por una dictadura militar.