Si nos preguntamos cómo está el ecosistema pyme en Argentina y tomamos las variables económicas y de mercado para responder, podríamos decir que llevar adelante una pequeña empresa es virtualmente inviable. Las tasas de interés son muy altas, la carga impositiva acuciante, los costos laborales de los más altos del mundo, sumado a una recesión de mercado interno como hace años no se observaba. Escuchamos todo el tiempo que las pymes son el motor de la economía y las mayores generadoras de trabajo, pero paradójicamente, son las que menos ayuda directa reciben del sector público y privado. Además, se suman sus dificultades internas a pesar de la pasión y tenacidad de sus conductores. 

A continuación describiré las problemáticas más comunes del mundo pyme:

1. Es común escuchar al empresario decir que no sabe donde está parado; significa que hay muchas cosas que le suceden para las que no tiene una respuesta clara. En el camino de no saber a saber se manifiesta la posibilidad de tener indicadores de gestión, medir las decisiones que se toman para poder corregir o potenciar el curso de acción y lograr ventajas competitivas.

2. Si el empresario quiere crecer no tiene más alternativa que delegar. Y esto requiere un proceso, una clara división de tareas y responsabilidades. Para ello hay que tener en cuenta que, la responsabilidad delegada debe ser clara y acordada entre las partes. En esta división se delega poder, sin el cual es muy difícil poder ejercer esa responsabilidad.

3. Una de las principales causas de muerte de las organizaciones es el crecimiento. Vender más, ampliar las sucursales, contratar personal, pero no se dan cuenta de que a la par están tomando decisiones de incrementar la complejidad. Por ende, la cuestión no es decidir crecer sino complejizarse. Si la organización está al límite de su complejidad es momento de planificar y luego crecer. 

4. La mayoría de las empresas pymes no dominan el ciento por ciento de los números. Las finanzas son el corazón de la organización. Evitar el “stress financiero” debe ser uno de los principales objetivos de cualquier empresa, conocer los números significa en todo momento dominar la óptica patrimonial, económica y financiera. 

5. Largas jornadas de trabajo caracterizan el trabajo de los empresarios pymes, sin embargo este gran esfuerzo no siempre da sus frutos ya que la cantidad no significa calidad. Su foco está en las cuestiones operativas y es ahí cuando se alejan de lo más importante para cualquier empresa: “la estrategia”. Sin ella la organización está a la deriva y puede sufrir los embates de un competidor o de los cambios del mercado. 

El tono de esta nota puede parecer negativo pero es descriptivo y si lo analizamos bien es, dentro de todo, esperanzador. Si los gobiernos generaran condiciones de mercado (macro) más adecuadas para el desarrollo empresarial, las pymes estarían listas para conquistar el mundo. Léase, tasas de interés menores al 20 por ciento; inflación inferior al 20 por ciento; tipo de cambio competitivo en términos reales; disminución de impuestos distorsivos como ingresos brutos, impuesto al cheque, impuestos municipales, retenciones; agilidad en los trámites; desarrollo del mercado interno; políticas de incentivo para actividades estratégicas generadoras de valor agregado; promoción internacional de la marca país y productos nacionales que ayuden a abrir mercado de alto poder adquisitivo; subsidios para asistir a misiones comerciales o congresos internacionales; subsidios con crédito fiscal para acceso a capacitaciones y consultoría, entre otros.

Hoy las pymes se mantienen de pie con muy pocas de estas condiciones, sin embargo invierten y resisten. Hay que generar un escenario macro y micro propicio para que inviertan y se desarrollen. Por ejemplo, si recibieran apoyo en capacitación y profesionalización; podrían solucionar sus inconvenientes de liderazgo y crecimiento antes enumerados. Según una encuesta realizada por Set Consulting entre más de 200 directores de empresas pymes, sólo el 30 por ciento se había formado a lo largo de su vida con alguna carrera relacionada con el mundo de los negocios, por ende, no cuentan con conocimientos que los ayuden a afrontar los desafíos que el mundo empresario requiere. El secreto es el equilibrio y el trabajo en equipo entre el Estado y los privados. Deberían ser socios retroalimentándose y trabajando para la mejora de la economía en su conjunto. Los políticos deberían saber que invertir en las pymes es una apuesta segura.

* Conferencista y consultor especializado en el mundo emprendedor y pyme. Fundador y director de Set Consulting.