Daniel Alejandro Polo quería ser contador público, pero su novia de entonces quedó embarazada y él ingresó a la Armada para tener un ingreso acorde con la situación. Estuvo un año en el ARA Salta y luego en el San Juan. Hizo varios viajes, pero ninguno tan largo como el que estaban realizando en noviembre del año  pasado. Era muy reservado respecto de su trabajo y jamás habló de los inconvenientes técnicos en el submarino. Sólo le gustaba contar las anécdotas graciosas con sus compañeros.