En medio de la incertidumbre por la final superclásica de la Copa Libertadores que la Conmebol decidió jugar en España en contra de los deseos de la dirigencia de River y Boca, los socios del Real Madrid agotaron en poco más de una hora y media de las primeras 7000 entradas que se pusieron a la venta vía web. 

Tal como estaba previsto, la cuestionada decisión de la Conmebol de mudar el clásico al estadio Santiago Bernabéu estipulaba prioridad al Real Madrid para que le venda entradas a sus socios. A pesar de ser una final latinoamericana entre equipos argentinos, el Real negoció con la organización un cupo reservado de entradas para la final que se disputará el domingo 9 a las 20.30 (las 16.30 de Argentina). 

De las 72 mil localidades disponibles, 10 mil se venderán en Argentina (cinco mil para cada club)  y otras 40 mil se expenderán a no residentes. De las 22 mil restantes, 6 mil serán para protocolo. Sin embargo, todavía está en duda que se dispute la tan postergada final porque ni River ni Boca quieren jugarlo en esas condiciones.

El club de Núñez rechazó la decisión de Conmebol porque advierte que perdió la localía y denuncia que el traslado “provoca un serio perjuicio a River” por los gastos de organización. La carta recuerda además que, al permitirse la presencia de ambas hinchadas se “atenta contra la igualdad de condiciones”, dado que Boca sí jugó con todo el público a favor en la ida. Por otro lado, el club de La Boca se niega directamente a disputar la final en cualquier estadio, porque considera que deberían darle la copa sin jugar por los incidentes que se vivieron el 24 de noviembre pasado en el Monumental.