Cambiar cambiando

 

No hay manera de pensar la problemática de las adicciones desde una sola perspectiva y mirada, pareciera ser que cada dirigente que trabaja en esta compleja tarea tiene en su discurso y en ocasiones en la tarea cotidiana una verdad conservadora, que defiende mas allá de las posibilidades de cambio que significaría un beneficio personal, que se proyectaría a los equipos y al funcionamiento institucional.

Es obvio que los planteos y dispositivos en prevención y asistencia son diversos y bien diferenciados, pero en la mayoría de los acontecimientos donde se tiene que proponer la metodología de trabajo, pareciera que lo desarrollado en cada abordaje está amurado a creencias históricas que definen una manera de disciplina cotidiana sin tener opción de enriquecerla cuestionándola.

Es noble y valido sostener una creencia que sustente la filosofía del programa, pero también es coherente e inspirador ir enriqueciendo las posibilidades terapéuticas en todo sentido, teniendo en cuenta los cambios sociales, culturales y tecnológicos que transforman la vida cotidiana de las personas, sus costumbres y hábitos.

La ideología hace de cimiento de un programa, una secretaria, una institución, esos cimientos son innegociables y tienen que ver con la solidaridad, la igualdad, el amor responsable, la interdisciplina, la espiritualidad, el cuidado del medio ambiente, el arte en todas sus manifestaciones, luego lo que se eleva por sobre esos cimientos básicos son estrategias y posibilidades que tienen que ir cambiando a la par de las trasformaciones individuales y sociales según cada región.

Ese es el desafío de los responsables de programas de tratamiento y prevención, pues de esta manera se privilegia al otro y sus necesidades especificas.

Osvaldo S. Marrochi

Presidente Fundación Esperanza de Vida