1 (4) Central: Ledesma; Bettini, Caruzzo, Cabezas, Parot; Camacho, Gil, Ortigoza, Carrizo; Ruben, Zampedri. DT: Edgardo Bauza.

1 (1) Gimnasia: Arias; Ayala, Guanini, Guiffrey, Melluso; Faravelli, Rinaudo, Licht, Comba; Silva, Tijanovich. DT: Pedro Troglio.

Goles: PT: 19m Zampedri (C). ST: Faravelli (G).

Cambios: ST: Desde el inicio Hurtado por Tijanovich (G), 6m Ojeda por Gil (C), 26m Herrera por Zampedri (C), 29m Gómez por Licht (G), 33m Gutiérrez por Faravelli (G) y 37m Lioi por Camacho (C).

Árbitro: Patricio Loustau.

Cancha: Malvinas Argentinas (Mendoza).

Definición por penales: convirtieron Ortigoza (C), Ruben (C), Parot (C), Hutado (G), Caruzzo (C). Silva (G) desvió su remate y Ledesma (C) le atajó a Guanini (G).

 

La forma de llegar a un título no tiene importancia. Central jugó anoche como lo hizo todo el semestre con Edgardo Bauza. No derrochó ideas, careció de inspiración en ataque, sufrió por las lesiones de jugadores importantes, pero se aferra a sus atributos todo el tiempo. El Canaya llevó el partido a la definición por penales y allí se encaminó al éxtasis entre la efectividad que mostró en todo el torneo desde los doce pasos y una atajada de Jeremías Ledesma. Esos doce pasos finales llevaron a Central a gritar campeón de una vez por todas.

Bauza no pensó en nada diferente para jugar la final. Central no se incomodó por ceder la pelota al rival. Tampoco se inquietó por jugar en su campo el primer cuarto de hora. Gimnasia, con entusiasmo, se lanzó el campo canaya y animó a su público con la actitud en el Malvinas Argentinas.

Hubo tanto despliegue físico para disputar cada pelota que las infracciones le quitaron ritmo el juego. Las interrupciones alejaron a los equipos de los arcos. No había situaciones de gol, pero apareció una jugada de poca trascendencia que sorprendió a todos. Camacho desvió la pelota con un cabezazo de espalda al arco que le cayó a Zampedri. El goleador, con un movimiento, aprovechó un tropiezo de Guiffrey, sacó un remate que pegó en el primer palo y logró recuperar el balón en el rebote para poner a Central en ventaja.

La gloria vino otra vez vía penales y media Rosario gritó cuando Caruzzo la mandó al fondo de la red.

Gimnasia ya no era disciplinado y perdió paciencia. Hubo desconcierto en el Lobo y Arias le desvió al corner un cabezazo de Zampedri, tras centro de Parot, en otra jugada de riesgo.

Central se puso en ventaja como acostumbra a jugar el equipo del Patón: con escasa elaboración de juego pero precisión para lanzar pelotas al área rival.

A Gimnasia no le faltó determinación en el segundo tiempo para buscar el empate. Con orden pero pocas ideas, el Lobo volvió a pararse en campo rival. Pero la jugada del empate nació en terreno del Lobo. Faravelli se anticipó ante un disminuido Gil, largó para Comba y cuando el volante tiró el centro al área entró a la carrera Faravelli para una definición alta que dejó sin oportunidades a Ledesma. Cuando se volvió a jugar Gil salió de la cancha, ya sin respuestas físicas para seguir jugando por la lesión muscular que venía de sufrir la semana pasada.

Central sintió el desánimo por el empate y perdió protagonismo en cancha. Ortigoza ni Ruben lograron reanimar al equipo. Luego se fue por lesión Zampedri y más tarde Camacho. Entre tanto, Ledesma se lució en una extraordinaria atajada en cabezazo de Silva al pisar el área chica.

Central no tenía reacción y empezó a pensar en los penales. En cambio Gimnasia no dejó nunca de pensar en el arco rival, incluso cuando Troglio sacó a Licht para sumar marca con Gómez.

El segundo tiempo tuvo a Central sin jugadas en el área rival y a Gimnasia en la búsqueda del triunfo sin llegar a generar mayor riesgo. La paridad obligó a ir a la definición por penales. Y allí Central no falló y Ledesma hizo su aporte. Central es campeón.