Ocurrió la madrugada del viernes en el nordeste brasilero, la región más pobre del país vecino: una toma de rehenes en el marco de un intento de robo a dos bancos que dejó como saldo trece muertos. Un grupo de asaltantes intentaron atracar dos sedes bancarias en Milagres, en el estado de Ceará. La intervención policial derivó en que los delincuentes terminaran tomando como rehenes a un grupo indeterminados de habitantes de esa ciudad, y el tiroteo desatado entre ellos y la policía provocó la muerte de por lo menos trece personas, entre asaltantes y rehenes. Dos de ellos, niños.

Aunque todavía no se conoce con exactitud cómo se desarrolló el episodio, se cree que los delincuentes bloquearon una ruta de la zona con un camión y tomaron como rehén a una familia que venía en su vehículo, antes de dirigirse a los bancos. Aunque aún no todos los cuerpos fueron identificados, varios diarios locales informaron que los cinco integrantes de la familia habrían fallecido durante el tiroteo. El sexto rehén fallecido, que no ha sido identificado, sería un hombre de la ciudad de Brejo Santo y también había sido capturado por los delincuentes en la autopista bloqueada.