“Reafirmamos la continuidad de la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Después de todas las cosas que estamos perdiendo en cuanto a derechos adquiridos, sentimos que tenemos que estar bien y alegres porque nada grande puede hacerse con la tristeza.” Lo dijo ayer Mabel Careaga en el acto a 41 años del secuestro y la desaparición forzada a manos de una patota de la ESMA del grupo de 12 religiosas francesas, familiares y militantes populares que se reunían en la Parroquia de Santa Cruz. Entre ellos estaba su madre Esther Ballestrino de Careaga, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo. “Para nosotros recordar este día es una mezcla de sentimientos, entre el dolor de que se los hayan llevado y la alegría por el reencuentro con nuestras madres, porque el mar las trajo y en el 2005 pudimos recuperar sus cuerpos”, dijo a PáginaI12 la hija de Villaflor, Cecilia de Vicenti del acto. De fondo, una marea cada vez más grande salpicada de pañuelos blancos y verdes comenzaba a acomodarse. Tras una misa en la Parroquia aparecieron sobre el escenario, las actrices Ana Celentano, Antonella Costa, Malena Sánchez, Lorena Vega, Moro Anghileri y Guadalupe Docampo, y las músicas y compositoras Lidia Borda, Celsa Mel Gowland, Barbie Recanati y Melo Saporiti se turnaron para leer fragmentos de El infiltrado, el libro de Uki Goñi en el que reconstruyó cómo fue la infiltración de Astiz. 

Informe: Sibila Gálvez Sánchez.