Un giro radical le cambió la vida a Joël Dicker (Suiza, 1985) cuando un octogenario editor francés publicó La vérité sur l’affaire Harry Quebert en 2012. Se trata de Bernard de Fallois (1926-2018), presidente de Éditions de Fallois, quien canceló sus vacaciones cuando el escritor suizo le envió el manuscrito. En tiempo record puso la novela en las librerías francesas durante el mes de agosto, el momento menos indicado para lanzar una novedad. En una sola semana, con París casi desierta, un pequeño librero vendió 170 ejemplares del voluminoso libro de Dicker con esta propuesta: “Léalo, si no le gusta le devuelvo su dinero”. Dicen que sólo regresaron unos cuantos para pedir otro ejemplar. El boca a boca comenzó a dispararse y la novela cosechó el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa 2012. Sólo por un voto quedó a las puertas de llevarse nada menos que el mítico Premio Goncourt. Pero se alzó con el Goncourt de los Estudiantes y el Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa de 2012. En Francia vendió más de 750 mil ejemplares. La verdad sobre el caso Harry Quebert ha sido traducida a 33 idiomas y ha sido adaptada por Jean-Jacques Annaud como serie de televisión. De Fallois, a quien le dedicó La desaparición de Stephanie Mailer, no se cansó de repetir que Dicker ha renovado las esperanzas en la literatura francesa. Aunque parezca un narrador americano de pura cepa. Su primera novela, Los últimos días de nuestros padres, que obtuvo el Premio de los Editores Ginebrinos en 2010, está ambientada en la Segunda Guerra Mundial. En El libro de los Baltimore (2016) recuperó al personaje de Marcus Goldman como protagonista.