“Felicitaciones a River y a todos sus hinchas por el triunfo en este partido histórico. Los de Boca sabemos que el fútbol siempre da revancha”, escribió anoche en Twitter Mauricio Macri. Amargado por la derrota de Boca Juniors en la Copa Libertadores, el Presidente retomó su actividad oficial tras las vacaciones que se tomó luego de la cumbre del G-20. Macri, quien pasó los últimos días descansando en la Patagonia, vio en Buenos Aires el partido, que ya lo tenía amargado por la suspensión y la decisión de la Conmebol de que se jugara en Madrid, a donde el mandatario no pudo viajar. Tras los días en que festejó el G-20, Macri volvió a la gestión para reencontrarse con la pobreza, la inflación y una economía en recesión. 

Tras la cumbre del G20, en la que el Gobierno se sumergió en un microclima triunfalista, Macri resolvió abandonar la Ciudad de Buenos Aires para unas vacaciones que comenzaron en plena semana el miércoles por la noche. Viajó con su esposa Juliana Awada y su hija Antonia a la Villa Turística de Chapelco, en Neuquén. 

Tras días agitados de cócteles, celebraciones en el Colón y codearse con la elite mundial, un escenario que le permitió olvidar brevemente los problemas apremiantes de su Gobierno, Macri viajó a exclusivo Chapelco Golf & Resort. Allí sacó los palos y de distendió jugando al golf en estos días en las canchas diseñadas por el múltiple campeón Jack Nicklaus. 

El complejo Golf & Resort es propiedad de la familia Taylor y Macri lo visita desde sus épocas de presidente de Boca. Entre otras cosas, lo utilizó para festejar su cumpleaños 58 el año pasado. Está ubicado sobre la ladera de la montaña. Con una vista panorámica a la cordillera, el volcán Lanín y el lago Lácar.

Awada, en tanto, fue fotografiada mientras hacía un tour de compras por el centro de San Martín de los Andes. En medio de un operativo de seguridad, la primera dama compró productos regionales (alfajores, chocolates, dulces artesanales y té en hebras). Macri retornó con su familia el domingo y vio el partido.