La telenovela de la discriminación en Nordelta sigue, quizás con viso de solución: este jueves se tratará en sesiones extraordinarias en el Concejo Deliberante de Tigre el proyecto de ordenanza que presentó el intendente Julio Zamora (FR) para que ingrese a Nordelta la línea de colectivos 723. A fines de noviembre, no se consiguió quórum para tratar la iniciativa municipal porque el bloque de Cambiemos y un concejal de Unidad Ciudadana cercano al macrismo se opusieron. Vecinos de la ciudad-pueblo que se oponen al proyecto convocaron a un cacerolazo para el miércoles.

Con el aval de los concejales de Unidad Ciudadana y el Frente Renovador, el jueves se tratará el proyecto que permitiría el ingreso del transporte público a Nordelta. Según explicó Zamora a PáginaI12, la única línea que, por el momento atravesaría la Avenida de Los Lagos, la principal de Nordelta, es la 723. “Nosotros discutimos 6 meses con los vecinos para que presenten una propuesta superadora y nunca presentaron nada”, afirmó el intendente de Tigre. “Ellos se habían autoimpuesto un plazo hasta abril para hacer una presentación. Pero cuando conocimos la situación de las empleadas domésticas, tomé la decisión de enviar el proyecto al Concejo”, agregó.

El sector de vecinos nordelteños que se opone a la iniciativa bajo el pretexto de que “generaría inseguridad”, convocó a un cacerolazo para el miércoles a las 20 horas. Además, aunque con escasa costumbre a tomar las calles, proponen movilizarse el jueves hacia el Concejo Deliberante en el momento de la sesión. “No encuentro ningún argumento razonable para que se opongan. Hay una aversión hacia el transporte público que no tiene sustento porque los colectivos son sustentables, modernos y el servicio es también para los vecinos”, opinó Zamora. 

El intendente aseguró que la medida no fomentaría la inseguridad, pero que, para la tranquilidad de los vecinos de la ciudad-pueblo, “habrá recorridos del personal de protección ciudadana para disuadir cualquier hecho”. El conjunto de vecinos argumentó que lo que priorizaron cuando se mudaron a Nordelta era la seguridad, más allá de que una serie de personas buscadas por la justicia supieron ser vecinos del barrio pueblo. Asimismo, los caceroleros destacaron que es la única localidad del conurbano que cuenta con dos controles de seguridad: uno a la entrada de Nordelta y otro para entrar a cualquiera de sus barrios. 

Zamora contó que representantes de Nordelta SA también participaron de las negociaciones para permitir el ingreso de los colectivos de línea. Los dueños del megaemprendimiento “tienen una visión de que el transporte público debe entrar en lo que es la troncal”. “Ellos estarían a favor porque hay una necesidad de los vecinos de Nordelta y de otros barrios de la zona. Hay una necesidad de que la movilidad sea accesible para quienes deben ingresar en Nordelta”, aseguró el intendente de Tigre.

El lanzamiento de La Alameda, el primer barrio de Nordelta, se hizo en el año 2000. De ahí en adelante, la población de la ciudad-pueblo ha ido en aumento y, según Zamora, pronto contará con un centro cívico y una clínica “que brindará prestaciones para vecinos de Nordelta y otros barrios”. “En el momento que se formó Nordelta había pocas personas viviendo ahí y no era necesario el ingreso del transporte. Pero con el crecimiento que tuvo y el rechazo de los vecinos sobre el tema hizo que nosotros iniciemos una negociación”, dijo Zamora.

“Para nosotros este es un proyecto muy importante porque la troncal es una calle pública y todos los vecinos y vecinas de Tigre tenemos derecho a transitarla”, manifestó a este diario Roxana López, concejal de Unidad Ciudadana.

Informe: Ludmila Ferrer.