La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires homenajeó con el premio Alicia Oliveira a Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, y al cantante Víctor Heredia, a quienes destacó como “defensores de los derechos humanos”. El defensor Alejandro Amor valoró al artista como “un ejemplo de militancia” y a Almeida como “un ejemplo de compromiso”. “La lucha por la memoria, la verdad y la justicia es un compromiso de vida”, concluyó. El reconocimiento incluyó la lectura, de parte de la actriz Cristina Banegas, de un poema del hijo desaparecido de Taty. El dúo La Tranquera interpretó la canción “Patria”, de Heredia, que finalmente tomó la guitarra y entonó las primeras estrofas de “Todavía cantamos”.

El salón del primer piso del edificio central de la Defensoría, ubicado en Belgrano y Chacabuco, en pleno centro porteño, estuvo abarrotado ayer. Referentes de organismos de derechos humanos, trabajadores de la Defensoría, amigos y amigas y la siempre presente familia de Oliveira –la abogada que integró el Centro de Estudios Legales y Sociales y estrenó el cargo de defensora del Pueblo porteño– colmaron la sala ayer para participar del reconocimiento anual que la institución realiza a “quienes abrazan la causa de los derechos humanos y ejercen una práctica comprometida y consecuente con la defensa de esos derechos”, apuntó la titular de su consejo directivo, Silvina Penella. 

En la mesa central, rodeando a los homenajeados, se sentaron Penella y Amor, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y su par de Familiares de Desaparecidos Detenidos por Razones Políticas, Lita Boitano –ambas recibieron el premio Alicia Oliveira en años anteriores–, el legislador Gabriel Fucks, la referente Gabriela Alegre y la actriz Cristina Banegas.

Tanto reconocedores como reconocidos hicieron referencia a los “tiempos difíciles” que atraviesan los derechos humanos en el país. Amor criticó a la Corte Suprema por su “ida y vuelta” en relación con el beneficio del 2x1 otorgado y hace pocos días retirado a genocidas de la última dictadura cívico militar, así como a los medios por “silenciar” la muerte de una niña en el incendio de un taller clandestino en el que trabajaba con sus padres. Destacó, al igual que luego lo hizo Banegas, la “valentía” de Thelma Fardín, la actriz que denunció a Juan Darthes por haberla violado cuando ella tenía 16 años. 

Penella recordó que este 2018 se conmemoran 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que “están pasando una situación difícil, sufriendo en la región y en el mundo duros reveses”, sostuvo, mientras ejemplificó con el impulso del nuevo protocolo de uso de armas que aplicó el Ministerio de Seguridad nacional para las fuerzas policiales, que “llega con una pretención mentirosa. No nos confundan. No vienen a defendernos, vienen a habilitar el gatillo fácil en un país que les dijo nunca más a esas prácticas hace mucho tiempo, y al que no vamos a volver”.

“Estamos atravesando momentos difíciles pero la consigna que construimos es que nunca vamos a bajar los brazos, nuestra lucha es un compromiso de por vida”, sostuvo a su turno Carlotto, quien destacó que los reconocimientos que otorgaron a Heredia y a Almeida, y que en 2016 recibió ella misma, “son de todos” porque hay “tanta gente luchadora a la que no se la conoce porque no la muestra la prensa”. “No somos más que los demás, somos los demás. Este pueblo tiene el valor de levantarse cada vez que se cae. Luchemos como estas dos personas para recuperar el sueño no perdido de la patria liberada”, arengó.

Antes de entregar la placa con el rostro y el nombre de Alicia Oliveira, Amor sostuvo que en Almeida y en todas las Madres de Plaza de Mayo reconoce “la lucha”. Asimismo, instó a todos a “estar con ellas en momentos donde aparecen gobiernos y políticas reaccionarias. Es el momento de que demos un paso adelante”. 

Almeida agradeció “la caricia para el alma” que significó la distinción, la que dedicó a “todas las Madres”, sus hijos y “a través de Alejandro, a los 30 mil detenidos desaparecidos”. “Me siento parida por Alejandro. Lo mejor que pude hacer fue juntarme con esas locas y compartir esa lucha inclaudicable.” 

Heredia, en tanto, a quien el defensor del Pueblo porteño definió como “un ejemplo de militancia” que “transita la vida artística con compromiso”, recibió el premio con “humildad”. “Sé de mi humilde aporte como artista, pero siento inmerecido este premio que lo han recibido antes mujeres que han sido ejemplo durante tantos años en una Argentina que se debatió siempre en la violencia, en las dictaduras. Ellas siempre estuvieron ahí”, apuntó. 

Tras la lectura de Banegas sobre uno de los poemas que Almeida halló escrito por su hijo desaparecido y el toque de La Tranquera, Heredia cantó unas estrofas de “Todavía cantamos”. Algunos en la sala, desde sus espacios, le cambiaron la letra con la tan coreada por la militancia: “A pesar de los golpes, de los fusilamientos, los compañeros muertos, los desaparecidos, no nos han vencido”.