Miles de manifestantes independentistas cortaron este viernes rutas y calles en toda Cataluña para rechazar la reunión de ministros que convocó el gabinete español en Barcelona, capital de dicha región, y que consideraron una “provocación”. La policía reprimió en varias oportunidades a los manifestantes, que respondieron con piedrazos e intentaron traspasar las vallas en los alrededores del edificio en el que se encontraba el presidente Pedro Sánchez. Hubo al menos siete detenidos.

Las protestas fueron convocadas por los llamados Comités de Defensa de la República (CDR), quienes bloquearon los principales accesos a Barcelona y la entrada al puerto de la ciudad condal.

El gobierno catalán, formado por una coalición de partidos secesionistas, pidió que se evite la violencia pero dijo que apoya protestas pacíficas, pese a un acuerdo con el gobierno central para tratar de superar una crisis policial que se ha agravado desde el fallido intento de independencia de España del año pasado.

Luego de celebrar ayer un encuentro, el segundo desde que ambos llegaron al poder, este año, Sánchez y el presidente catalán, Joaquim Quim Torra, emitieron un comunicado conjunto en el que llamaron al diálogo para resolver el conflicto por el futuro de la región del norte de España, la más próspera del país.

El socialista Sánchez, que heredó la crisis catalana luego de derribar a su antecesor conservador Mariano Rajoy en junio con una moción de censura presentada por él mismo, hizo del mejoramiento de las relaciones con Cataluña una de las prioridades de su gestión. Pero pese a los progresos, los problemas no cesaron.

La seguridad en la región, que normalmente está en manos de una policía autonómica, fue reforzada con cientos de policías enviados por la policía nacional española para la reunión de gabinete de hoy.

La televisión pública española transmitió en vivo la caminata de Sánchez desde su hotel al palacio gótico del siglo XIV del centro de Barcelona donde reunió a su gabinete, llamado Lonja de Mar. El intento de transmitir normalidad mostró, sin embargo, al presidente del gobierno caminando por calles vacías y rodeado de policías que lo custodiaban.

A metros de distancias, una multitud formada mayoritariamente por jóvenes gritaban al mandatario: "¡Fuera! ¡Fuera!". La policía avanzó sobre ellos para mantenerlos tras las vallas pero los manifestantes movieron contenedores de basura y trataron de quebrar el doble cordón de seguridad en torno al edificio de la reunión de gabinete.