Cada vez que llueve en la Ciudad de Buenos Aires el jardín de infantes El Tranvía se inunda. Esto ocurre una y otra vez desde hace por lo menos dos años. Durante la tormenta del jueves pasado, el colapso fue igual aunque en menos tiempo. No les dio tiempo a nada. Perdieron mobiliario y material pedagógico “que el gobierno porteño no va a reponer”, criticaron los padres en las redes sociales. ¿Y todo por qué? Porque la administración Soledad Acuña, la ministra de Educación porteña que cerró las escuelas nocturnas, no autoriza un mero desagüe.

El jardín está ubicado en la calle Del Barco Centenera al 700, en el barrio porteño de Caballito; zona inundable como ya lo es casi toda la ciudad de Buenos Aires. Pero el problema del edificio es estructural. Está por lo menos un metro debajo del nivel de la calle y, obviamente, tiene escaleras en su ingreso. Hace dos años la comunidad de docentes y familias pidió que se construyera una rampa. La administración porteña la hizo pero sin el desagüe correspondiente como el que contiene el agua que podría bajar por las escaleras. Entonces, cada vez que llueve, la correntada entra de repente y sin freno.

Las quejas presentadas ante el gobierno de la ciudad llevan dos años sin éxito y cada lluvia que cae se lleva algo del jardín. Sin embargo eso no detuvo a los docentes, madres y padres que conformaron una comunidad educativa participativa y movilizada, y como tal se hicieron oír. Hace semanas los visitaron Acuña y Horacio Rodríguez Larreta. “Tuvieron que escaparse por los reclamos de las familias”, contó en su cuenta de Twitter Cecilia González, una de las madres.

Pero lo que ocurrió durante la tormenta del jueves pasado colmó la paciencia: entró casi medio metro de agua y González lo registró en la red social.

“Este año en cada tormenta se perdió mobiliario, equipamiento. Dos veces se tuvo que cambiar el piso nuevo de la biblioteca. Los trabajos de los chicos y las docentes arruinados. Hoy terminan el año trabajando con los pies en el agua, que lujo!”, describió González.

El jardín “inundado por una rampa mal hecha en la ciudad de la obra pública. Una obra que no quisieron hacer ‘porque los chicos son chicos y no la necesitan’”, publicó en Facebook otro de los padres de alumnos. “Un montón de material y tiempo perdido que no lo repone el GCBA, lo reponen la cooperadora con la plata que aportan las familias para darle a nuestros hijes la educación que se merecen”, agregó.

Gonzáles advirtió que la inundación del jueves “se suma a las eternas goteras que, si bien no causan la inundación, generan situaciones de riesgo eléctrico y pérdida de material”. Años atrás, “esto no pasaba”, concluyó.