Tres personas murieron y cinco resultaron gravemente heridas cuando un colectivo de larga distancia de una empresa chilena desbarrancó por la ladera de una montaña en la ruta nacional 7, cerca de la localidad mendocina de Uspallata. El Ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, envió condolencias a las familias de las víctimas y anunció que asistirán a los heridos. Familiares de los pasajeros denunciaron que el chofer del micro se habría quedado dormido al volante.

Ayer a las seis de la mañana, un colectivo de la empresa Buses Ahumada que llevaba 45 pasajeros cayó por la cordillera a la altura del kilómetro 1155. Las víctimas fueron Maritza Ramos Chana, una mujer de 35 años, y dos niños: Esteban Arredondo Chamorro y Mihe Calderón Ramos, de 10 y 3 años, respectivamente. Otros 18 pasajeros resultaron heridos, 5 de ellos sufrieron heridas graves, como fracturas y traumatismos de cráneo. Dos fueron derivados al Hospital Lagomaggiore, dos al Hospital Central y uno al Hospital Notti. El resto de los pasajeros fue revisado en el Hospital de Uspallata.

“En nombre de @Minrel_Chile, nuestras condolencias a familias de víctimas en accidente de bus rumbo a Mendoza”, escribió el ministro Ampuero en sus redes sociales. Además, confirmó que el cónsul Eduardo Schott ya se puso en contacto con las autoridades argentinas y el Hospital de Uspallata para ofrecer asistencia a heridos y familiares. 

Por su parte, Buses Ahumada publicó un comunicado de prensa en el que anunció que “dispuso la inmediata asistencia y colaboración para los traslados de las familias de nuestros pasajeros”. Además, sostuvo que ambos choferes que iban en el micro “mantenían sus descansos regulares”. Sin embargo, familiares de los pasajeros aseguran que Víctor Gómez, quien conducía el micro al momento del accidente, se habría quedado dormido mientras manejaba. El chofer, que resultó ileso, quedó a disposición de la fiscalía interviniente.