Los fondos destinados a pagar intereses de la deuda aumentaron 63,3 por ciento en once meses de 2018. Las obligaciones financieras son el rubro del gasto público que más sube entre enero y noviembre. El contador marcó 382.300 millones de pesos. Los vencimientos de la deuda absorbieron así 14 de cada 100 pesos de las erogaciones totales. La cifra duplica los valores registrados hace tres años cuando comenzó la presidencia de Mauricio Macri. Los desembolsos equivalen a 34.754 millones de pesos mensuales. En otras palabras, los fondos utilizados para cancelar vencimientos durante un solo mes del año que termina, duplican la partida presupuestaria de 16.444 millones de pesos destinada a fondear al Conicet durante todo 2019. 

El nuevo ciclo de endeudamiento externo, la corrida cambiaria y el programa de austeridad diseñado para habilitar el financiamiento del FMI consolidaron a los intereses como el segundo rubro más significativo del gasto público, detrás de la seguridad social. Desplazaron así a los subsidios y las remuneraciones de los trabajadores estatales que aumentaron 30,8 y 21,1 por ciento, respectivamente. Los aumentos en las tarifas de los servicios públicos y la contención de las mejoras salariales también hicieron su aporte para reducir el peso de esos gastos sobre el total. El acuerdo con el Fondo prevé que esas partidas continúen comprimiéndose para intentar alcanzar el déficit cero. 

Con un aumento del 24,6 por ciento acumulado a noviembre, la evolución de los fondos destinados al pago de jubilaciones y pensiones se ubicó 15 puntos por debajo de la inflación acumulada en el período. Los datos correspondientes al último Informe de Ejecución Presupuestaria de la Administración Pública Nacional elaborado por ASAP evidencian el impacto negativo que tuvo el cambio en la movilidad sobre la capacidad de compra de los haberes jubilatorios. 

La inversión pública, por su parte, es el rubro más afectado por el tijeretazo aplicado desde el Palacio de Hacienda. La caída llega al 11,9 por ciento en once meses. Los gastos de capital no solo perdieron contra la inflación sino que son el único ítem donde el gobierno gastó por debajo del año pasado: van 20.535 millones de pesos menos que los contabilizados en el mismo período de 2017. Los datos sobre la ejecución presupuestaria elaborados por ASAP muestran que las transferencias de capital a las provincias acumularon una reducción interanual de 34,3 por ciento entre enero y noviembre. Misiones y Formosa son las jurisdicciones más afectadas por el retaceo de fondos para infraestructura. La inversión real directa, por su parte, computa un aumento de apenas 5,9 por ciento.  

Al recorte comprometido con el FMI se suma la reciente parálisis en los proyectos de infraestructura vial, energética, educativa y ferroviaria que pretendía financiar a través del régimen de Participación Público-Privada (PPP). La virtual clausura del mercado voluntario de deuda que expresa la disparada en el riesgo país obligó al gobierno a abortar la semana pasada el promocionado mecanismo de financiamiento para la obra pública con el que iba a amortiguar el ajuste.

Las transferencias para gastos de capital en el sector energético cayeron 43,1 por ciento entre enero y noviembre. Eso incluye el retaceo de fondos para obras a cargo de empresas como Nucleoeléctrica o IEASA (ex Enarsa). Los datos de ASAP muestran que, a contramano del relato oficial, los fondos para infraestructura ferroviaria retrocedieron 4,8 por ciento durante los primeros once meses de 2018. El financiamiento destinado a infraestructura educativa siguió el mismo recorrido al caer 38,6 por ciento. El programa de Fortalecimiento Edilicio de Jardines Infantiles registró un recorte del 43,6 por ciento que se profundizará el próximo año. Entre los rubros que incrementaron en línea con la inflación figura Vivienda y Urbanismo que subió 47,8 por ciento.

@tomaslukin