“Leo que el año que viene habrán 40 o 50 domingos con elecciones. ¿Es verdad? ¿Se suspenderá la Superliga de fútbol? ¿Qué harán los cines?”. El Decano de la Facultad de Sociales de Estocolmo toma al piede la letra informaciones, simplificadoras, a veces contaminadas con un poquito de mala leche antidemocrática. Un relato cualunquista proclama que las votaciones son caras, interfieren en la vida cotidiana, alteran la rutina de los monotributistas. 

“No es para tanto” replica el politólogo sueco que eterniza la tesis de postgrado sobre la Argentina. La sumatoria comprende muchos distritos. Hay dos fechas para compulsas nacionales: las Primarias Abiertas(PASO) y las generales. Por ahí, es el pálpito más extendido, segunda vuelta para elegir presidente.

El resto del calendario se propaga en las 24 provincias, 22 de las cuales renuevan gobernador. Habrá muchos adelantamientos, el primer semestre vendrá picante. Las internas federales brotan como hongos después de la lluvia.

 Es peliagudo descifrar cuanto impactan (si lo hacen) los comicios provinciales en otros distritos. Un ejemplo imaginario, simplificado al mango: los sanluiseños no mudarán sus preferencias sabiendo los resultados previos en el Neuquén. Pero si se observan oleadas o tendencias éstas sacuden a los dirigentes nacionales o distritales, azuzan internas, preocupan o estimulan al gobierno nacional. Ayudan a los predictores a comprender si hay corrientes firmes, subterráneas…

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El gobernador cordobés Juan Schiaretti cantó real envido y truco en Córdoba. Tomó de sorpresa a los radicales quienes (fieles a la prosapia) armaron una interna. El sistema político provincial carece de Primarias reguladas o sucedáneos. El diputado Mario Negri confronta con el correligionario Ramón Mestre, intendente de la Capital. La dirigencia de PRO, cuyo emergente es el ex referí Héctor Baldassi, aúpa a Negri. El modo de dirimir diferencias forma parte del paquete de controversias. 

Evitamos pálpitos, sí chusmeamos que baqueanos y militantes radicales y peronistas coinciden en considerar favorito a Schiaretti. El peronismo cordobesista es hegemónico desde hace tiempo. Puede favorecerlo en el imaginario popular (suponen boinas blancas y perucas) la conmoción por el prematuro fallecimiento de su creador y líder José Manuel de la Sota.

De tan agrandados, los justicialistas se excitan y sueñan con ganar la intendencia de la Capital que le es esquiva desde 1983. Mucho fantasear, arguyen los radicales, taitas en ese feudo. El diputado y ex vicegobernador Martín Llaryora es el paladín justicialista que rompería las murallas de la ciudad tan docta.

Hablamos de amagues, presagios, olfatos.

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En Santa Fe el socialismo recobró potencial e ínfulas. El ex gobernador Antonio Bonfatti intentará volver a serlo. Vale como señal: fue el dirigente socialista más opositor al macrismo desde 2015.

Los peronistas confían en destronar al socialismo, con el senador Omar Perotti a la cabeza. Peronista racional (ver nota principal) irá acompañado por la diputada Alejandra Rodenas de perfil antagónico al oficialismo nacional. Lo que sobrevive del reutemismo acompañará. Como en Córdoba y en casi todas las provincias los mandatarios se eligen por simple pluralidad de sufragios, sin ballotage.

El cómico (de profesión) Miguel del Sel –candidato potente de Cambiemos en contiendas previas– volvió a la sociedad civil. Es tarea dura (filo imposible) hallar un reemplazo de similar convocatoria. Tal vez el intendente radical de Santa Fe, José Corral, se calce la camiseta amarilla. 

Las casas de apuestas deportivas bullen, Cambiemos cotiza solo para la medalla de bronce, hasta hoy.

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En Tucumán el ex gobernador José Alperovich confronta con su sucesor Juan Manzur. Le complica el escenario y abre una grieta de oportunidad a los radicales. Tanto que el ex ministro de Economía Alfonso Prat Gay se insinúa como candidato cambiemita. De Wall Street al Jardín de la República: la vida te da transiciones.

Hasta los adláteres de Manzur asumen que Alperovich conserva arraigo en los sectores populares, robustecido por el apoyo que le dispensó la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El ex mandatario seguramente evoca a la población tiempos mejores: la etapa populista donde la gente se creía con derechos que ejercitaba.

Los “gobernas” de la flamante camada han vivido pichuleando, en una coyuntura más dolorosa. Es factible que queden atrás en la comparación con sus antecesores.

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Chaco proporciona un ejemplo similar, jamás idéntico. El intendente peronista de Resistencia y ex gobernador Jorge Capitanich torea al actual, Domingo Peppo. Mayor predicamento, presencia nacional, un liderazgo local que Peppo no empardó. 

La interna no estalló como en Tucumán, las gentes de Peppo confían (calladamente) en el influjo de Comodoro Py: los tribunales federales que albergan algunas causas contra “Coqui” Capitanich. “La Justicia” macrista opera como uno de sus mejores punteros: juega a fondo, viola reglas, castiga a los opositores, en una de esas traslada el influjo a las provincias.

La diputada radical Aída Ayala recibió un waiver de esos Tribunales: la prisión preventiva se propina a kirchneristas, jamás a macristas ni a grandes empresarios. De cualquier forma, Ayala da la impresión de estar malherida para una candidatura. El senador Ángel Rozas asegura que no será de la partida por motivos de salud entre otros. 

“La marca” Cambiemos conserva una adhesión estimada en quinto del electorado, muy superior a la intención de voto de sus candidates muleto. El peso específico del oficialismo nacional dista de ser desdeñable y gravita especialmente en sistemas bipartidistas, los más frecuentes en las provincias.

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La tapa de Clarín del 28 de diciembre prefigura el discurso de campaña de Cambiemos, su aliado. El gran diario se resigna a consignar el tarifazo (que llama de otro modo) de servicios públicos.

Le concede igual rango de importancia a una foto gigantesca de un allanamiento “dibujado” para secuestrar objetos artísticos del domicilio de Cristina. 

Los jueces y fiscales federales están en campaña, magistrales para arrojar cortinas de humo. La malaria es conocida por la población pero los magistrados se baten como leones para compensar los daños que causa la gestión del equipazo del presidente Mauricio Macri.

El calendario electoral despuntará en verano y llamará la atención durante numerosos domingos, en geografías dispersas y dispares.