El presidente de Brasil Jair Bolsonaro acusó recibo de los “buenos deseos” que le envió Mauricio Macri, quien decidió no interrumpir sus vacaciones para ir a la asunción de su par en Brasilia. “Gracias por sus palabras, Presidente. Sin duda Brasil y Argentina van a caminar juntos en direcciones diferentes a las pasadas por los últimos gobiernos. ¡Un gran abrazo!”, le envió el flamante mandatario. Macri tiene planeado viajar a Brasil a reunirse con Bolsonaro el 16 de enero. Así como Donald Trump frustró la estrategia de Macri de avanzar con un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Bolsonaro hizo lo mismo con la Unión Europea. No obstante, la idea de Bolsonaro de desentenderse del Mercosur podría ser aprovechada por Macri para buscar negociar por fuera del bloque regional. 

Nada del plan inicial de presidente argentino ha salido como pensaba: su idea original era avanzar con un tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos, algo que empezó a trabajar con la administración de Barack Obama. La derrota de Hillary Clinton y el ascenso de Trump frustró ese plan, que Macri venía desarrollando con la Alianza del Pacífico y el Tratado Transpacífico. 

Al caer esa estrategia, Macri se dedicó a intentar avanzar con un TLC entre el Mercosur y la Unión Europea. La celebrada cumbre del G-20 en Buenos Aires marcó, en buena medida, el funeral de esa estrategia: el presidente de Francia, Emannuel Macron, le dijo en la cara que no había posibilidades de avanzar con ese acuerdo, no sólo por las medidas proteccionistas de Francia y de Alemania para su agricultura, sino por la llegada de Bolsonaro. Fue una salida elegante: culpar al presidente de Brasil y a su oposición a firmar compromisos en torno al cambio climático. De hecho, Bolsonaro forzó a cambiar la sede de la Conferencia del Clima, que originalmente se iba a hacer en Brasil y ahora se hará en Chile. 

Bolsonaro reposicionó todo el tablero político regional y marcó el final de esa estrategia macrista. Nunca estuvo claro que un acuerdo con la Unión Europea estuviera cerca, pero es seguro que ahora está más lejos. Algunas de estas cosas seguramente conversarán Macri y Bolsonaro cuando se vean el en dos semanas en Brasilia. Macri viajará con la mayoría de su gabinete como una señal de la importancia que le da a la relación con Brasil (sobre todo a la relación comercial).

De todos modos, ya quedó claro que ni el Mercosur ni la Argentina serán una prioridad para el mandatario brasileño. Lo dijo el nuevo ministro de Economía, Paulo Guedes, aunque luego se disculpó por el sincericidio. Lo cierto es que para su primer viaje, a diferencia de sus predecesores, Bolsonaro no eligió Buenos Aires, sino Estados Unidos e Israel. Y luego Chile. Toda una señal. 

También sus funcionarios dejaron en claro que buscarán redefinir el Mercosur y flexibilizar sus condicionamientos sobre los países miembros. Macri podría sacar provecho de esto, si logra que esos cambios le permitan a la Argentina negociar por fuera del bloque regional (otro cantar es qué condiciones podrá conseguir el país negociando solo). 

Es uno de los pocos puntos de acuerdo que podría lograr Macri con Bolsonaro. En otros aspectos tienen diferencias serias: Bolsonaro sigue la política propuesta por Trump para reducir la presencia de China en la región, mientras que la Argentina, en plena crisis recesiva, se aferra cada vez más a su socio oriental. 

El otro punto en el que seguramente coincidan Macri y Bolsonaro es el de Venezuela. Macri viene cuestionando la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro desde hace años. Ya ni siquiera reconoce a Venezuela como una democracia. Y Bolsonaro le retiró a Maduro la invitación al acto de su asunción. La pregunta es si el presidente de Brasil favorecerá una intervención militar sobre Venezuela –como había sugerido en campaña, para luego retractarse– y qué posición tendrá, en ese caso, Macri, que siempre habló de una salida pacífica. Habrá que ver si el ex capitán del Ejército lo convence de otra cosa.