Los trabajadores estatales se movilizaron esta mañana desde el Ministerio de Defensa hacia Jefatura de Gabinete para repudiar el ajuste y los despidos que el gobierno ejecutó en los últimos días de 2018 en Fabricaciones Militares y en la Biblioteca Nacional. En la protesta, que comenzó a las 11 de la mañana y se extendió hasta después del mediodía, reclamaron la reincorporación inmediata de los casi 50 trabajadores cesanteados que se contabilizaron entre las plantas de Luis Beltrán (Santa fe), Villa María y Río Tercero (Córdoba) y la Sede central de Capital Federal. 

El gobierno despidió sobre el filo de las fiestas a 15 trabajadores en Santa Fe, 8 en Villa María 16 en Río Tercero y 10 en Capital Federal. La imagen de la última tanta de despidos masivos de agosto pasado se repitió: les informaron su desvinculación con el Estado a través de una lista que fue leída en voz alta en la puerta de las sedes. Por eso, los estatales advierten que el objetivo del gobierno es en realidad cerrar la dependencia estatal. 

“La modalidad del despido de goteo en Fabricaciones Militares no para. Nosotros como trabajadores sabemos que el objetivo del gobierno es cerrarla y hoy nos vinimos a movilizar”, manifestó Walter Secondino, fabriquero de Villa María y miembro del Consejo de ATE Córdoba explica la situación que están atravesando. Desde ATE, responsabilizaron directamente al ministro Oscar Aguad, porque “lejos de darle una respuesta a los trabajadores y a la dirección de la fábrica, lo que está haciendo es darle menos presupuesto para terminar cerrándolo”. 

“Esta práctica perversa del gobierno tuvo además otro correlato: Las plantas amanecieron rodeadas por efectivos de seguridad locales y por Gendarmería”, relataron desde ATE al momento de la convocatoria, el mismo 28 de diciembre que se comunicaron las primeras desvinculaciones. Los despidos estuvieron acompañados por un comunicado interno del interventor Ricardo Casal informando asueto para ese día hasta el 2 de enero, mientras felicitaba al personal por el incremento del 40 por ciento de la producción. 

En tanto que en Bilblioteca Nacional, donde los trabajadores declararon en julio de 2018 la “emergencia cultural”, se registraron al menos 12 despidos más. En marzo del 2016 habían llegado las primeras 240 desvinculaciones. El año pasado se volvieron a encender las alarmas tras la renuncia de director Alberto Manguel por problemas de salud y el temor a que haya despidos masivos se encauzó en un masivo abrazo a la Biblioteca.  

“Las autoridades se borraron, no aparecieron nunca más por el edificio. Se dijo que éramos ñoquis, vagos, que no teníamos el perfil ideológico, que éramos militantes. La respuesta ante todo esto es estar juntos y fortalecernos, más allá de las diferencias individuales. Lo único que se puede hacer es un frente colectivo para evitar que vengan por todo y vacíen todas las áreas culturales del Estado”, habían dicho por entonces los trabajadores.