En un breve receso de sus extensas vacaciones en Villa La Angostura, el presidente Mauricio Macri inauguró la ampliación del Gasoducto Cordillerano-Patagónico y aprovechó el micrófono para lanzar sus frases optimistas con tono de campaña electoral. Desde Bariloche, acompañado por el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, insistió en que su objetivo es “transformar obras en esperanza”, aunque volvió a echar mano al discurso de la meritocracia al aclarar que “lo que es para siempre cuesta y requiere que todos pongamos nuestro granito de arena”. 

El mandatario dio su primer discurso de este 2019 y abogó por que el año que comienza "sea constructivo" y de "trabajo", “en la línea de que los argentinos soñamos y nos merecemos”. “No para esto acá, esto sigue”, continuó Macri, quien luego habló de los supuestos logros de su gestión, en la que aseguró se está “terminando con esta historia de que las obras solo estaban relacionadas con la corrupción masiva”. 

En una corta intervención, halagó la proyección de Vaca Muerta al asegurar que representa “una gran oportunidad no sólo de tener energía para nosotros sino para exportar, ya lo estamos haciendo a los chilenos”. En esa línea, también justificó el interés del gobierno en las energías no renovables. “Ven, con estos vientos acá en la Patagonia vamos a generar muchísima energía no contaminante”, prometió.

Un apartado de su discurso se lo dedicó, como en otras oportunidades, a celebrar de la llegada de las aerolíneas low cost al país. Macri festejó que se esté dejando atrás “esa cosa simbólicamente tan negativa de que para conectarte con algún otro lugar del país tenías que ir de San Carlos de Bariloche a Aeroparque” y agregó, de forma confusa, “y de ahí para ir por ahí a otro lugar que es más al sur de San Carlos”.